Hoy tuve de nuevo a tener esos sueños, muy espontáneos, pero ardientes, donde pude volver a tocar tu cuerpo. Pero, llega de nuevamente esa realidad, que pasa por mi garganta, un nudo, sin esperanza, una lechuza, pero sin canto, sin gemido, y me dice mucho, mucho del porqué ya no estás.
Dentro de ese sueño te vi con un vestido blanco, cabello corto, así como siempre, todas las noches, tu piel pálida, algo esponjoso tu cabello, era la retención de un tiempo perdido, que se iba rápido, y esos ojos, que no dejaban de brillar, tus curvas, y lo menos que es de ti, los labios carnudos gruesos, que con solo tacto de mis dedos era como estar en la arena, derritiéndome. Y es dentro de aquel sueño es volver a verte y decir adiós, es volver a vivir entre un lapsus del tiempo, de aquel momento, irónico, ficticio, pero con una retención que solo bajo la luna, se podía dar.
Como un reloj de arena, al igual que un sueño roto, un espejo, vi como desapareciste, que al final encontré solo un par de paredes, y algunas notas que dejaste en un sobre.
Creo que soy feliz en mis sueños, me pregunto, que se sentirá estar en coma.