Prólogo.

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Sangre, gritos, y clemencia.

Los recuerdos de Yoongi son tan frescos como la mañana más fría de aquel invierno en donde todo su mundo le fue arrebatado.

"Escucha bien hijo mío, necesito que sostengas esto" los ojos de un pequeño Yoongi de tan solo 4 años de edad se abrieron de par en par, observando a su padre, el alfa de la manada, un enorme hombre de casi 1.87 de cabello negro y largo, su rostro manchado de sangre en su mayoría seca. El pequeño lobezno asintió con temor.

El padre de Yoongi acarició la mejilla de su hijo, dándole una sonrisa que él mismo nunca olvidaría, una sonrisa de dolor y despedida... alejarse de su pequeño hijo, el único de su descendencia, dolía.

"Tú, hijo mío serás el único alfa puro de lobo que exista sobre la faz de la tierra, tu existencia será amenaza para los demás que busquen el dominio de nuestra especie" El padre de Yoongi se detuvo para respirar profundo "Debes vivir Yoongi, debes existir para que nuestro legado no se extinga"

¿Por qué decirle esas palabras tan difíciles de comprender a un pequeño lobezno?

Yoongi arrugó su frente intentando comprender. Su padre besó la arrugada frente de su hijo, y miró su rostro sosteniéndolo con fuerza.

"Los elfos cuidarán de ti" las lágrimas del alfa comenzaron a resbalar de entre su rostro maduro "Crecerás y vivirás, defenderás tu especie, y encontrarás a tu mate, yo sé que si hijo mío"

Los gritos comenzaron a aumentar, los ojos del padre de Yoongi cambiaron a un rojo intenso, casi sangre.

"Los humanos, se acercan" Yoongi se abrazo más a su padre, quien a su vez correspondía intentando proteger con su cuerpo a su lobezno.

"Es hora" un hombre joven bastante herido que Yoongi conocía como Jackson, grito haciéndole saber al padre de Yoongi que era hora de despedirse

Un caballo negro y enorme se acercó a ambos lobos, una sombra se acercó hacia los mismos, observando al padre de Yoongi con su capucha puesta.

La nieve hacía a Yoongi imposible de ver el rostro de la sombra.

"Llévalo muy lejos de aquí y protégelo con tu vida" El alfa cargó a su pequeño, para subirlo al caballo entregándole al mismo un collar, un colmillo.

El colmillo de alfa que se pasaba de generación en generación.

"Nos veremos en otra vida Yoongi"

El pequeño comenzó a sentirse adormilado cuando el hombre que ahora lo sostenía tocó su cien, sus ojos vieron la vista borrosa de su padre alejándose y mirándolo a su vez.

Yoongi quería gritar, llorar y pedir que su padre no lo dejara.

Esa misma noche el pequeño lobezno sintió lo que llamaban un lazo paternal roto.

Por primera vez se prometió a sí mismo, que vengaría la memoria de el hombre que lo criaba con amor y con dedicación para ser el último de su especie.

Para ser el último rey.

El último rey •Yoonmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora