15. Deprimido

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El invierno seguía cayendo sobre la ciudad pero para Zee Pruk, el sol estaba empezando a salir. Sí, empezando a salir dentro de él, algo totalmente nuevo y diferente brotaba muy dentro de él, algo que lo hacía sentirse como otra persona, como la persona que debió ser hace años atrás. Un sentimiento viejo pero que a la vez se sentía tan nuevo lo hacía ver todo de manera distinta ahora. Era como si hubiera despertado de un sueño profundo después de largos años.

Zee abrió los ojos pesadamente mirando su reloj despertador a un lado de su cama sobre la mesa de noche, gruñó unos segundos antes de ponerse de pie para empezar su día.

– ¿En serio? ¿Tanto tiempo? – oyó Zee la voz de Nunew desde la cocina.

– Parece mucho pero nosotros lo sentimos como si fuera ayer – respondió Nat al comentario de su esposo.

Zee recordó que un día antes había contratado al muchacho para ser el nuevo ama de llaves de la casa.

– ¿Qué estás haciendo aquí? – interrogó Zee a su joven esposo viéndolo sentado en la pequeña mesa de la cocina conversando entretenidamente con Nat, la repentina cercanía entre los dos hombres provocó una punzada de celos dentro de él.

Nunew se congeló al ver la imagen de su esposo frente a él. Zee estaba ya arreglado para ir a trabajar, las marcas en su rostro de la pelea de ayer aún se veían muy frescas dándole una imagen más intimidante.

– No te dije que tenía que guardar reposo por dos días – se dirigió Zee esta vez al ama de llaves.

– Lo siento señor – se disculpó Nat inmediatamente.

– Y no te dije también que la cocina está prohibida para él – volvió a regañar Zee.

– Me disculpo, no volverá a suceder – volvió a disculparse Nat haciendo una reverencia.

– Regresa a la cama – Zee tomó el brazo de su esposo pero éste lo esquivó mirándolo con temor.

– Solo te voy a llevar a tu habitación – trató de calmar Zee el sobresalto de su esposo.

– N-No me toque, no me toque – susurró Nunew con la voz entrecortada.

Nat observó el rostro pálido del muchacho.

Zee permaneció de pie observando a su esposo.

– Nat llévalo a su habitación – se rindió Zee finalmente retirándose de la cocina.

– ¿Estás bien?, estás temblando – oyó Zee a Nat mientras llevaba a su esposo a su habitación.

Zee quería gritar y maldecirse. La expresión de temor de Nunew hacían que algo dentro de su pecho doliera, era su culpa y lo sabía. Como también sabía que tenía que hacer algo para curar ese miedo de su esposo.










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The beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora