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Los golpes, las súplicas y el llanto.

Son los primeros recuerdos de su infancia que siguen frescos en su memoria

Son importar que

El sabor metálico de sangre permanecia en su mente.

Jamás olvidara su primer comida después de 1 semanas apenas sobreviviendo en medio de la guerra.

Recuerda lo mucho que quiso vomitar.

El aroma de la carne casi pudriéndose era nauseabundo pero logro calmar su hambre.

Conocío a un hombre, un demonio, un ángel a sus ojos.

Le brindo todo lo que necesitaba, compañía, alimento y protección.

Pero eso no duró para siempre

Hasta ahora lo único que sigue claro en su mente hasta ahora es una cosa

El sabor de la carne, que nunca desapareció de su lengua.

El impulso de vomitar era menor que antes

Sin saber el motivo, aún recuerda una ocasión.

Esa persona que intento acabar con su vida pero termino saciando su hambre, lloro y rogó hasta el final

Ver cómo suplicaba entre sollozos que poco a poco hizo que algo despertara dentro de sí mismo.

Sentía una gran satisfacción, una emoción, una felicidad que jamás había sentido hasta ese tiempo.

El hambre ya no era un problema, pero su sed de sangre nunca se detuvo.

Sentía una gran emoción, ansiaba el respeto y poder que jamás tuvo.

¿Que mejor forma que conseguirlo a través de la sangre?

Pero cada acción tiene consecuencias.

Y un día, fue vestido con ese tonto mono naranja y llevado hasta una de las prisiones de máxima seguridad.

Alcatraz.

Pudo llevarse unas vidas con él a ese infierno.

Una larga cadena tendría que pagar, no estaba dispuesto a eso.

Apenas cumplió 19 años y según la condena tendría que pagar con 20 años más.

Una condena muy baja pese a los horribles actos que cometío

Pero no estaba dispuesto a cumplirlas

Quiso escapar por su cuenta, pero evidentemente era imposible.

Conoció a un muchacho, casi de su misma edad, realmente no tenía una larga lista de crímenes.

Robo y asesinato accidental, pero el cabron si que era sigiloso.

Escucho que logro escapar 2 veces y hasta ahora seguís intentando escapar.

De alguna manera pudieron entablar una "amistad".

Y aunque jamás lo admita, estaba emocionado por tener un amigo, alguien en quien confiar de tantos años.

Pero, ese muchacho llamado JV, no confiaba en él.

Conociendo su historial no era una gran sorpresa pero no quería que su único amigo de alejara.

Quiso demostrarle que era de confianza

Nada funcionó

Y una noche, empezó una discusión con otro recluso.

Ni siquiera recuerda el motivo, pero fue excusa suficiente como para terminar con su vida a golpes.

Su rostro estaba desfigurado, era patético.

Vida de en sueño /Guapoduo/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora