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      Bridget

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      Bridget.

—¿Alguna vez pensaste que esto pasaría?

—No, nunca pensé que me terminaría enamorando de ti, y mucho menos que tú llegaras hacerlo también. Pensé que me odiarías por el resto de tu vida.

—Es irónico ¿no crees? —mi mirada se encontraba fija al centro del bosque, y mi mano jugaba con una ramita en el suelo, mientras nos manteníamos sentados en el porche de la entrada de la cabaña —. Debo admitir que desde que te conocí siempre tuve más curiosidad que odio hacia ti. Nunca me llegaste a convencer que eras esa persona que intentabas demostrar ser. La primera vez que vi tu transformación me asusté mucho, creí que me matarías, pero cuando desperté solo pude pensar en buscarte, una parte de mi lo quería hacer porque no quería estar sola, pero la otra era porque necesitaba respuesta y quería saber todas las razones. Cuando te halle herido me preocupe mucho, y cuando tuviste esos gestos muy distintos a lo habitual me gustaron mucho, entonces creo que de ese momento supe que esto terminaría convirtiéndose en algo mucho más fuerte, y me negaba a aceptarlo.

—Y yo que creí que habías deseado que me muera.

—¿En serio? — volví mi mirada a su perfil obligando a su mirada voltearse a mí—¿Crees que te hubiera ayudado si así lo hubiera querido?

—Supongo que no lo vi así en mi momento —sonrió bajo negando ladeando su cabeza hacia tras.

—Serás idiota —fue mi turno de repetir su acción —¿Por qué me atacaste esa noche?

—Eras tan irritante, y tenía una insaciable hambre que solo podía pensar en devorarte entera. Fuiste una maldita tortura.

Mi ceño se frunció entendiendo lo dicho, pero era extraño, claro que sabía que era parte de él, pero nunca llegue a pensar que había tenido en su mente comerme.

—¿Y ahora? Tú...

—Eres un ser humano a lado de un monstruo carnívoro, claro que sigo pensando en devorarte, pero si te llegara hacer daño me comería mi propia piel como tortura, así que no temas.

—No te temo, solo tenía curiosidad ¿Tienes hambre justo ahora?

—La tengo, pero prefiero contenerme hasta cierto límite, no quiero ir por ahí matando a personas solo porque sí.

—¿Y hasta mientras con que zaceas tu hambre?

—Animales. En los alrededores hay muchos, pero eso no es suficiente.

 —Entiendo —dibuje una línea en mis labios sin saber que más aportar a la conversación.

—¿Te das cuenta Bridget? —mi mirada callo en él y mi ceño se frunció al no entender a qué se refería —. Lo que soy, como puedes quererme... si soy esto. Tu eres tan luminosa, tan inocente, y yo solo soy un ser lleno de oscuridad, que lo único que puede ofrecerte es muerte a tu alrededor. Sé que me has dicho que no soy un monstruo, pero es lo que soy. Y eso nunca nadie lo cambiara.

El Plan PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora