Molly, Whispers of the Grove

Susurros

Molly se encontraba sumida en un mar de emociones mientras sostenía a Cusuki cerca de ella. El recuerdo del caparazón de Anaclaro, con su identificable cruz marcada en la pared, provocó una oleada de sentimientos abrumadores. Abrazando a Cusuki con fuerza, luchó por contener sus emociones. La sensación de pérdida se mezclaba con la determinación de mantener a salvo a su familia, impulsándola a seguir adelante a pesar del dolor que sentía. Molly dejo de llorar y junto a su hijo, ideaba hacer el mismo recorrido solo que marcha atrás. Justo cuando las dos mulitas reunidas estaban apunto de librarse de esta situación, el chef llegó y cerró la puerta. Las dos mulitas retrocedieron y se escondieron rápidamente para que el chef no les vea y no les haga daño. 

Se deslizaron ágilmente entre las sombras y se escondieron detrás de muebles y utensilios de cocina, manteniéndose lo más silenciosos posible. Cusuki, tembloroso por el miedo, se aferraba a su madre en busca de protección. El chef, ajeno a la presencia de las mulitas, se movía por la cocina ocupado en sus quehaceres. Molly, manteniendo la calma a pesar de la situación estresante, ideó un plan para encontrar una vía de escape y asegurar la seguridad de su hijo.

Con movimientos sigilosos, Molly observaba cada movimiento del chef, buscando una oportunidad para escapar sin ser detectadas. Las puertas y ventanas parecían estar cerradas, pero Molly sabía que debía encontrar una salida.

Con precaución y sigilo, intentaron abrir una ventana entreabierta, pero estaba trabada. El tiempo corría en su contra mientras el chef se movía por la cocina, cada vez más cerca de su escondite.

Molly, con rapidez y decisión, buscó otra salida y descubrió una pequeña abertura cerca del suelo que llevaba a un espacio exterior. Sin embargo, accidentalmente Molly choco con la mesa y la carne para el estofado calló, ella ignoró esto y sin dudarlo, indicó a Cusuki que la siguiera y juntos se deslizaron por ese estrecho pasaje, escapando del peligro que representaba el chef.

Una vez fuera de la taberna, se alejaron rápidamente, corriendo entre los árboles y arbustos del bosque. Molly, con alivio por haber evitado el peligro, abrazó a Cusuki con ternura, agradecida por haber logrado escapar. Sin embargo mientras corrían entre los árboles, tratando de alejarse de la taberna y del peligro, se encontraron nuevamente con el grupo de serpientes que antes habían bloqueado su camino.

El corazón de Molly se aceleró al ver las serpientes, recordando la situación anterior, queria simplemente estar en paz. Rápidamente, tomó a Cusuki y retrocedió, buscando una ruta alternativa para evitar el encuentro con las serpientes venenosas. Las serpientes, deslizándose y entrelazándose entre las hojas caídas y las ramas, bloqueaban el camino de escape de Molly y Cusuki.

La valiente madre mulita, latía desbocado mientras se enfrentaba a una situación desesperada. Las serpientes acechantes, se preparaban para atacarlos a los dos en plena luz del día. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su pecho se contrajo con un dolor inmenso al ver la inminente amenaza que se cernía sobre su querido hijo, el cual era lo único que le quedaba. Madre e hijo, en situación de peligro, sin escapatoria alguna.

Improvisadamente, una de las malvadas cobras intenta morder al pequeño tatú, pero rapidamente con su instinto materno protector, Molly se interpuso dejando que la serpiente clavará sus venenosos colmillos en su cuello. Ella quedo paralizada por el veneno, seguía viva pero en un giro abrupto y trágico, el perro que antes había secuestrado a Cusuki apreció y en un instante de confusión o de instinto errante, se la llevó a su madre. Su desesperación alcanzó lo limites, la impotencia les causaba el triple de dolor y Molly, que ya había perdido todo, no resistía. El dolor y la imposibilidad de salvar a su hijo y estar con él a salvo la invadió mientras era arrastrada lejos de Cusuki, la única luz que aún brillaba en su vida.