Capítulo 50. Ayudando al enemigo

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Se escuchó el sonido cuando dos espadas chocan, abrí los ojos y vi a los dos Zeeshan peleando.

- ¡Tú!

El Zeeshan que había estado conmigo en la bodega era mucho más rápido, ágil y bueno en combate, tanto que solo luchaba con unas pequeñas cuchillas y a diferencia del otro Zeeshan, este no usaba tantos hechizos. Me levanté como pude y saqué mi arma de sangre, que dolió más que nunca, pero debía vencer aunque sea a uno de los dos, pero iniciaría por aquel que me había herido. Zeeshan y yo atacamos al unisonó y el otro pareció confundido al ver que estaba ayudando al enemigo, por alguna razón el combate con el Zeeshan "bueno" me recordaba mucho a Asth, las tácticas eran similares y después de unos minutos pude acoplarme a él, así que juntos comenzamos a acorralar al otro Zeeshan, sin embargo de un momento a otro caí y escupí sangre, esto hizo que el Zeeshan bueno se distrajera y el otro Zeeshan lo empujó lejos, estaba por lanzarle un hechizo, pero con las pocas fuerzas que me quedaban me levanté y con mi daga alcancé a romperle parte de su mascara, este al instante llevó ambas manos a su cara para evitar que el resto de la máscara se cayera, me miró y vi que le había hecho un corte que pasaba por su ojo derecho hasta la ceja. Arrojó un pequeño frasco de donde salió mucho humo y seguido aunque no se vio claramente oí como se abría un portal y escapó.

- ¿Estás bien? – Zeeshan se apresuró a mí y me tocó del lado donde sangraba, asentí y sacó de uno de sus bolsos un ungüento – No creo que lo cicatrice, fue profundo, pero ayudará con el dolor

- ¡Aléjate de ella! – Ambos miramos hacia el otro lado del pasillo y vimos a dos oficiales de la facción junto con Linda, estaba por decirles que estaba bien, pero Zeeshan sacó una de sus cuchillas y me la colocó en el cuello mientras me levantaba por la fuerza, me había tomado como rehén. En ese momento llegó el oficial al mando junto con otros más

- ¿Qué están esperando? ¡Ataquen!

- Pero heriremos a Milena – Linda miró al oficial al mando, quien la empujó y volvió a ordenar que atacaran, todos volvieron a usar sus armas, mientras unos atacaban a distancia otros se aproximaron. Creí que ese era mi final, pero varias flechas cayeron mucho antes de que pudieran tocarme, ahí entendí que Zeeshan había alzado un campo protector alrededor de nosotros, acto seguido lanzó un frasco que hizo que el lugar se llenara de humo, me tomó de la muñeca y corrió buscando una salida

- ¿Qué haces? ¡Suéltame!

- Necesito un método de pago para poder huir, no creo que dejen morir tan fácil a un elemental - Ambos salimos del hospital y nos vimos rodeados de más miembros de la facción, era increíble cómo llegó la noticia de que el líder de la rebelión se encontraba aquí

- Ríndete Zeeshan, no tienes escapatoria

- Tontos ni siquiera saben lo que hacen – susurró Zeeshan, creí que se iba a dar por vencido, pero lo que hizo me dejó perpleja. Zeeshan bajó la cuchilla que sostenía firmemente en mi cuello y la hundió a mi costado, donde había sido herida anteriormente, solté un grito de dolor mientras Zeeshan continuaba moviendo la cuchilla dentro de mí, algunos de los que se encontraban ahí bajaron un poco sus armas, mientras que otros las apuntaban más firmes, se escuchó un estadillo y después una luz cegadora apuntó a Zeeshan quien pareció tambalearse, me soltó y caí al suelo, en ese momento algunos miembros de la facción corrieron hacia nosotros para luchar contra él, pero de la nada, aparecieron más personas, su vestimenta era muy diferente a la de la facción. Ahí pronto entendí, que eran secuaces de Zeeshan, eran miembros de la rebelión, quienes habían llegado a ayudar a su líder.

Comenzó una terrible batalla, en donde parecía que todos se había olvidado de mí, necesitaba que alguien me sacara de ahí, no podía parara el sangrado y a este paso podía desmayarme del dolor. Creí que todo estaba perdido, cuando sentí que alguien me ayudaba a levantarme, era un miembro de la rebelión, quien parecía que trataba de alejarme del campo de batalla para evitar que me hirieran.

- Zeth dice que lo lamenta, pero que con esto estarás bien – Era un tritón, quien me tendió una pastilla muy extraña y me sentó cerca de una gran roca

- Dile que el hecho de recibir su ayuda no deja de ser mi enemigo. Repítele mis palabras, lucharé contra ti y te venceré, así haya tres o más como tú – dije mientras jadeaba de dolor, el tritón me miró con compasión y sonrió

- No olvides tomártela – Tras eso se alejó perdiéndose al otro lado de la vegetación, y tras eso se escuchó el sonido de un cuerno de guerra, me levanté y rodee la roca para visualizar el campo de batalla, en donde solo vi a miembros de la facción, no se veía rastro de la rebelión

- ¡Milena! – miré hacia mi lado, donde vi a alguien que se suponía que no debía estar ahí. Antes de que pudiera decir algo me desvanecí 

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora