17 de septiembre 2022.-Venga Sara, porfavor - rogaba por cuarta vez en la tarde Lucía con una voz de persona mayor cansada de trabajar toda su vida-.
En aquel momento yo tan cansada de sus ruegos inquietantes y cansados decidí levantarme de su viejo sofá, con manchas de café, debido a que todas las mañanas, ella solía desayunar allí pero bueno el tema es que me acerqué a su nevera y cogí un zumo de sandía que tanto me gustaban.
-De verdad que no hay quien te comprenda, me tienes cansada con ese maldito partido de fútbol-. Suspire cansada por todos aquellos ruegos e intenté insertar la pajita de cartón a esa capa tan dura que tenía el zumo. Sigo sin tragarme el hecho de que hayan cambiado las pajitas de "toda la vida" por unas de cartón, pero eso ya no es un tema importante.
Lucía lleva toda la mañana dándome la lata con ir a ese maldito partido de fútbol, (no me gusta nada ver partidos de fútbol), y sí, soy un poco friki , soy más de ir a hacer planes de parejas, aunque tengo que asumir ya de una vez que todos los hombres que han estado en mi vida han sido niñatos.
Me gusta ir sola a ver atardeceres ya que, Lucía no es capaz de salir de su barrio, pero claro para ir a ese maldito partido de fútbol si es capaz, ( juega un chico de nuestro instituto de secundaria que la gusta ).
-Maquíllate ya anda, ya sabes que vas a acabar viniendo friki-. Finalizó ella con una sonrisa de oreja a oreja con exactitud y seguridad.
Está claro que tiene razón en que voy a acabar yendo con ella, porque es así, siempre acabo yendo a donde me dice a pesar de que cada plan es peor.
Acabe vistiéndome con una pantalón blanco radiante, sí, radiante, me gusta exagerar.
Llegando al partido como no, me compré un helado de mi heladería favorita. La familia de los
Cherry's llevaban abiertos durante más de cuarenta años, por ello es que su helado era tan increíblemente suave tanto por textura como por sabor.
-Uno de melocotón con sirope de chocolate, porfavor-. Dije con la alegría de saber que esa delicia acabaría encharcándose en mis papilas gustativas.
Lucía odiaba el helado, esa era otra de las razones por las cuales a día de hoy me alegro de no tener los mismos gustos que ella, nisiquiera tenemos mismos gustos en los hombres, así nunca discutimos por ello como otras relaciones d amistad hacen.
Llegando al partido que por supuesto había empezado ya veinticinco minutos antes, ya nos estábamos derritiendo del astuto calor que dejaba las calles quemándose en Madrid, claramente es Septiembre. Sinceramente no sé qué me espero de la temperatura dentro de unos años, si ahora mismo no llegamos a los cuarenta grados significa que Harry Potter es rubio y no lleva gafas.
-Estoy harta de este calor-. Dije quejándome por vigésima vez en el día, por supuesto Lucía estaba pendiente al partido y no a lo que yo dijera. Ella era una persona bastante aficionada a que unas tías le pegasen una patada a un balón para intentar meterlo al campo contrario.
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En un mismo agujero
Novela JuvenilHistoria inquientante sobre dos adolecentes inmsaduros, los cuales no tienen idea de como actuar.