Luego de terminar la breve llamada con Jennifer, decidí prepararme antes de que Fiorella despierte. Seguimos con las dudas, yo confesé lo que siento, no logro entenderlo, pero lo confesé ¿Ella no sentirá lo mismo?
Me estoy terminando de acomodar el saco y me guardo la pistola en la espalda, siempre se debe ir armado, pero no quiero asustar a la chef, así que es mejor que no la vea. Abrocho el último botón del saco y escucho a Fiorella removerse en la cama, me sitúo a su lado y observo como abre sus ojos, enfoca el lugar a su alrededor, de seguro el cambio de entorno la descoloca un poco.
-¿Dormiste bien?- le pregunto cuando me observa con rostro adormilado, se refriega los ojos.
-Buenos días, para ser la primera vez durmiendo fuera de casa, descansé de lo mejor- afirma feliz, le doy un asentimiento con la cabeza.
-Es bueno escucharlo- digo, me guardo la parte en la que dormí más anoche que en todos los días desde que tengo doce, es mejor que no la preocupemos con eso, me pongo de pies y acomodo mi traje- Vamos, te llevaré a la mansión- digo serio- Me encargué de que Jennifer te trajera ropa para que tomaras un baño y te cambiaras para el trabajo- le explico sin verla- Está todo en el baño- señalo la puerta que está a la izquierda- Es ahí- es todo lo que digo para luego dirigirme al salón si esperar respuesta de su parte.
Sentado en la sala esperando a que Fiorella termine, aprovecho para revisar algunos correos sobre los hoteles. En los negocios legales, de lo único que me encargo es de la hotelería.
La cadena de Hoteles Telnaster en Canadá es dirigida y supervisada principalmente por mí, pero en algunos casos Jennifer interviene cuando tengo que lidiar con los asuntos del Zorro.
Mientras termino de enviar mi respuesta sobre los ultimos detalles de la inauguración del nuevo hotel en Vancouver, escucho la puerta de mi habitación abrirse.
Fiorella sale luciendo tan radiante como siempre, lleva su cabellera castaña suelta y trae un vestido azul marino que resalta su tono de piel, acompañado de un pequeño suéter blanco de lana y unas zandalias blancas.
-Ya que estas lista, es momento de irse- digo pasando junto a ella para abrir la puerta, ella solo asiente en silencio y sale, le sigo el paso hasta llegar al elevador.
Ambos vamos en un gran silencio mientras esperamos hasta llegar al último piso donde se encuentra el estacionamiento. Al llegar busco entre todos los coches el que acostumbro a llevar a la empresa, cuando lo ubico abro la puerta del copiloto para Fiorella.
-Entra- ella obedece, se coloca el cinturón de seguridad y trata de buscar mi mirada, no le doy tiempo porque rápidamente me subo al asiento del conductor y arranco rumbo a la mansión.
Mientras vamos en camino, Fiorella parece observar el paisaje a través de la ventana, verla sentada junto a mí mientras la llevo a su trabajo, es como si fuéramos una pareja normal.
Pero no, no lo somos, el único que se hace ideas absurdas soy yo, te entendemos, estamos igual, no sé si sea esta necesidad de ser aceptado o minimamente apreciado, es lo que me hace aferrarme a la idea de que Fiorella siente lo mismo.
Pero creo que la mirada de amor que vi anoche, solo fue mi mente ebria quien la imaginó, mirada de amor, un amor que de seguro me imaginé.
-¡¡Maximiliam Cuidado!!- grita Fiorella, observo como otro auto cruza repentinamente la vía, en un rápido movimiento lo esquivo y freno a un lado de la carretera, observo a Fiorella, la pobre respira de manera irregular, se gira y me observa-¿Estás bien?- pregunta pasando su vista por toda mi cara, ahí esta de nuevo, esa forma que tiene de verme.
-Lamento haberme distraído- me disculpo- Te puse en peligro por mis estupideces- ella se suelta el cinturón y gira su cuerpo para quedar frente a mí.
-Estás actuando diferente desde esta mañana- me dice- ¿Qué pasa? Habla conmigo, si te molesta algo, solo dímelo- me toma de la mano y añade- Puedes decirme lo que sea- pienso si decirlo o no.
-Es que ayer yo te dije como me sentía- digo viendo al frente- Y tú no dijiste nada, ¿Acaso no sientes lo mismo?- pregunto nervioso por la respuesta, Fiorella no contesta, cuando miro en su dirección la encuentro riendo a carcajadas, se está burlando de nosotros, - Vaya, esa no era la respuesta que esperaba- ella sigue riéndose mientras se levanta y se coloca encima de mi regazo, Aleluyaaa.
-¿Quieres decir que desde esta mañana has actuado de manera fría, porque crees que no me gustas?- pregunta viéndome, no digo nada y solo asiento- Tienes razón, no lo dije, así que mejor te lo voy a demostrar- no puedo procesar bien lo que dijo porque ya tengo sus labios sobre los míos, Maldita sea, esto es lo que estábamos esperando.
Fiorella me besa con esos labios rosas que tanto he deseado probar, es delicado y dulce, así como ella, sigo perplejo cuando se aleja y me toma la cara entre sus manos.
-¿Eso aclara todo?- pregunta sonriéndome, a la mierda, después de que me diera luz verde para probar el manjar que es su boca, no creo poder parar. La tomo del rostro y la beso, la beso como he querido hacer desde el momento en que la acorralé en la cocina de la mansión cuando sólo llevaba unos pantalones cortos y una blusa pequeña que han sido motivo de mis sueños más deliciosos. Fiorella suelta un suspiro y aprovecho para introducir mi lengua y probar su interior, Joder, es el puto paraíso.
Me detengo y la suelto lentamente, si continuamos así, no me podré controlar y la terminaré tomando en este coche, pero mi Fiorella no merece eso, tengo que asegurarme que todos sus momentos conmigo sean inolvidables. La observo y veo como toma profundas respiraciones, sus mejillas y labios están de un rojo profundo.
-Ahora si todo está claro- le digo sonriendo, ella me da un beso en la mejilla y regresa a su asiento.
-Ahora con las cosas claras, por favor llévame al trabajo que se me hace tarde- me indica con ojos brillantes, sí, a ella le brillan los ojos, pero a mí me brilla el alma.
-Como la dama lo ordene- ahora el ambiente en el coche es más feliz y agradable, saber que la chef corresponde el sentimiento, me tranquiliza bastante. Llegamos a la mansión y me detengo en la entrada principal.
-¿Puedo pasar por ti cuando termines?- le pregunto, ella me observa curiosa- Es que me gustaría que tuviéramos una cena especial- le propongo, vas muy rápido Zorro- O no, ¿sabes que?, olvídalo mejor...- Fiorella me calla con un suave beso.
-Salgo a las siete- me dice, me da otro beso y abre la puerta- Que tengas un buen día, Maximiliam- se aleja y veo como entra por las verjas y se pierde entre los Jardines Blancos.
Con mi chica segura en la mansión, es momento de encargarnos del trabajo, me voy a la empresa a verificar lo de la inauguración y paso la mayor parte del día en eso, al rededor de las cuatro un Diff bastante alterado llega a mi oficina.
-Tenemos una situación- me dice entrando- Tu hermano está de visit...- no termina porque mi bastardo hermano mayor hace su entrada en mi maldita oficina.
-No es necesario que andes de bocazas con mi hermano, Diff- le dice el maldito a mi amigo-Mejor ve y ocúpate de tu trabajo en la mansión- sé que Diff es de mecha corta así que para no hacer un alboroto en mi empresa, le hago una seña a Diff para que se retire, cuando estoy a solas con Nicholas, con voz firme hablo:
-¿Qué mierda quieres?- pregunto directo- El puesto de recoge basura ya no está disponible, aunque creo que te quedaría muy grande- sonrío, desde que Fiorella y yo nos besamos mi ánimo a estado de lo mejor.
-Muy gracioso- dice observando alrededor- El motivo de mi visita, hermanito, es que quiero involucrarme en los negocios de la familia- me dice, pero antes de que pueda responderle, añade- En todos, incluso los del lado de la mafia.
¿Qué carajos? Esto tiene que ser una broma, después de tantos años huyendo de eso, viene y me dice que quiere formar parte, no, no soy estúpido, este algo se trae entre manos, lo conozco, la pregunta aquí es ¿Qué diablos es?
Besos dobles en el poto 💋
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Sepulcro
RomanceLas tragedias pueden marcarte para toda la vida. Las marcas pueden cambiarte la vida. La vida puede ser una verdadera tragedia. Fiorella Leblanc es una joven italiana que lo único que desea es conseguir un empleo para retomar sus estudios. Tras la m...