Kim Taehyung desde que era un niño fue considerado una persona brillante, con un futuro prometedor. Las madres, admiradas ante su intelecto, siempre lo tomaban de ejemplo para que sus propios hijos se superen y algunas hasta llegaban a añorar tener algún día un hijo como él.
Lindo, encantador e inteligente.
Su único defecto, a ojos de los demás, es que su subgénero era omega. Uno que aún en el siglo XXI era considerado por algunos, inferior. El hecho de que seas hombre y tengas útero, te hacia automáticamente una escoria de la sociedad, un ser que ni para reproducirse sabía y sólo servía para simple satisfacción sexual.
Los hombre omegas no eran más que una mancha de la sociedad, un error de la naturaleza. Para nadie era un secreto que por un tiempo fueron la causa de una enfermedad sexual hace años; asimismo, que eran pocos los que tenían este subgénero por la matanza masiva hacia los hombres omegas. Una catástrofe literalmente. Por lo tanto, el que Kim Taehyung haya desarrollado aquél subgénero a sus tempranos quince años, un subgénero que llevaba tantas muertes detrás e injustificadamente era odiado, fue una razón suficiente para que su madre llore desconsoladamente y su padre decida no volver a mirarlo directamente al rostro nunca más.
Ese fue el comienzo del derrumbe en su frágil y temblante castillo de naipes.
" Tae, ¿no crees que ese chico te está mirando mucho?" Sana, su compañera de pupitre, no puede evitar mencionar aquello al sentirse observada por varios pares de ojos. Todos, procedentes, de una misma dirección.
Mirando hacia donde su amiga señalaba con la cabeza de forma disimulada, limpiando el restante de la avena sobre su bigote con una servilleta, se da cuenta entonces de cierto pelirrojo atractivo que junto a su grupo miraba en su dirección. Parecían divertirse entre ellos, hablando internamente de forma bulliciosa pero que aún así no se entendía por las palabras entrelazadas. Taehyung nota que a pesar de que todos estaban hablando y al parecer bromeando, miraban sin discreción hacia su mesa constantemente. Algo de aquello lo hizo presentir que algo malo iba a suceder, más, si era socialmente detestable para todos excepto para su mejor amiga Sana.
" Vamonos de aquí" Él temió lo peor, más cuando notó como el resto apuraba al pelirrojo con manotazos en su dirección y se reían.
"Vamos" secundó la muchachita, recogiendo con apuro su lonchera lista para levantarse del lugar. Más temprano que tarde tuvieron al muchachito enfrente suyo con una mirada curiosa sobre ambos.
Era un joven Alfa, pudo oler Taehyung apenas estuvo enfrente, si bien su porte se veía algo escuálido debido a su edad, se notaba por todas partes que era un Alfa. Un hombre Alfa.
"¿Tan rápido se van?" Su voz en plena maduración, algo ronca, lo hizo temblar de pies a cabeza.
A él ningún Alfa le dirigía la palabra, era el único omega hombre en toda la institución y parecía como si fuese un extraterrestre intentando convivir con otra raza. Sólo Sana le hablaba, gracias a un favor que le hizo antes de presentarse, pero si no fuese por eso seguramente estaría completamente solo.
Como la paria de la sociedad.
"Ya terminamos" dice su amiga en cambio, levantándose junto a Taehyung que con la mirada agacha apretaba el sándwich en su mano.
" Ohhh, que mal... yo quería hablar con el niño bonito" expresa el pelirrojo, con cierto pesar en su voz que es ignorada por la muchacha, más no por el castaño omega de ojos grandes. Mismos que se agrandaron en sorpresa ante sus palabras.
Eso era nuevo.
"¿C-conmigo?" Pregunta en voz baja sin creérselo Taehyung, quien ante la afirmación del otro chico no duda el levantar su cabeza y mirarlo directo a sus ojos.
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Loto blanco | omegaverse
Fanfiction¿Algún día el sol brillará para mi? Kim Taehyung, un hombre omega con un hijo preadolescente, hará todo por sobrevivir en una sociedad que le dio la espalda desde los tempranos quince años.