Miedo a volar

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Hoy sería un gran día. En el momento que escuché mi alarma sonar, a diferencia de cualquier otro día, me levanté con entusiasmo, había estado esperando este día por años. Me dirigí al baño y tomé una ducha rápida, al salir me puse un hoodie blanco, unos pantalones beige y unos tenis blancos, me peiné, si a eso se le puede llamar peinar, por último me rocié un poco de perfume, nunca puede faltar.

Salí del baño para regresar a mi habitación y tomé mi maleta, mi familia ya había despertado y podía sentir su emoción en el ambiente, me encaminé al piso de abajo y dejé mis cosas en la entrada, acción seguida mi hermano las tomó y las llevó a la camioneta.

El camino fue corto, era muy temprano y la ciudad se sentía tranquila, admiré cada lugar antes de llegar al aeropuerto, sabía que no volvería en un tiempo.

En cuanto llegamos al aeropuerto, me despedí de mi familia con un cálido abrazo para cada uno, sabía que los extrañaría y ellos a mi, sin embargo, no cumplir este deseo que anhelaba desde pequeña era inaceptable al menos para mi.

...

-Buenos días señores pasajeros, les informamos que estamos a punto de despegar nuestro vuelo con destino a Los Ángeles, California. Asegúrense de abrochar sus cinturones de seguridad. Feliz vuelo.

Volar siempre me ha generado cierto miedo, disfrutaba de la vista, sin embargo no podía evitar pensar "¿Y si se cae?" situación que me generaba ansiedad, si, quizá suena ridículo.
Me encontraba en primera clase, a decir verdad, era mi primera vez, sería un vuelo no tan largo pero prefería costearlo y reducir mi ansiedad lo más posible más ahora que me encontraba sola.
A mi lado se encontraba una mujer totalmente cubierta, para ser más específica, llevaba una hoodie y pans negros, una gorra negra, unos lentes oscuros y un cubrebocas, me generaba algo de inquietud su aspecto, parecía que estaba a punto de robar un banco o algo por el estilo, lo cual no tendría sentido, "robar un banco... en un avión?", no le di mucha importancia y traté de relajarme, quiero decir, al menos lo intenté, porque en el segundo que sentí el avión elevarse, mi respiración se empezó a agitar, de nuevo esta sensación en la que yo no era consciente de mi misma, era extraño, estaba demasiado nerviosa y al parecer no fui la única en percatarse de mi situación.

- Disculpa, ¿Te encuentras bien?- Dijo la mujer de mi lado asomando un poco su cabeza hacia mi asiento.

Negué con la cabeza, ni si quiera me quiero molestar en fingir cuando estoy a punto de morir en un avión estrellado.

- ¿Es tu primera vez volando?- Pregunta con un tono preocupado y curioso mientras se retira sus lentes y cubrebocas. Siento que todo el tiempo me está observando, sin embargo todo yo solo enfoco mi mirada hacia la pantalla que está enfrente de mi.

Volví a negar con la cabeza.

- Muy bien, mujer de pocas palabras. Dime, ¿Por qué vas a Los Ángeles? - Pregunta la chica.

Dios estoy muy aterrada para responder.

- Realizaré un diplomado en la Universidad Estatal de California, espera, no debí mencionar donde estudiaré, ¿no?, quiero decir, no estoy asumiendo que me vayas a secuestrar o algo por el estilo pero no te conozco, aún que pareces ser buena persona ya que te interesaste en mi bienestar, a menos que estés fingiendo ganarte mi confi - hablé casi a la velocidad del avión hasta que fui interrumpida.

-  Oye, hey! HEY! ¡Dios! Pasaste de ser mujer de pocas palabras a platicadora 3000 - Me interrumpe la chica sacándome de mi viaje interno.

El valor de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora