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                            Carla

                    San Valentín

Es catorce de febrero y el centro comercial es un caos. La razón de que esté en el centro comercial en uno de los días más concurridos es mi mejor amiga, Madison. Ella una cursi por naturaleza me ha arrastrado hasta aquí en busca de un regalo para su novio, Justin.

No es como si solo se regalaran este día, pero Madison quiere comprarle un regalo y prepararle una cena sorpresa. Y claro como era de esperarse ella no es la única con esos planes. El centro comercial está a reventar.

—¿Por que esperaste este día para comprar el regalo y organizar la cena sorpresa?

—Porque no sabía que hacer y justo hoy me decidí.

—Es un pésimo día para decidirte.
—digo poniendo los ojos en blanco, mientras ella me ignora y sigue con su búsqueda del regalo perfecto.

Jason y yo no solemos celebrar San Valentín, siempre nos hacemos regalos y tenemos muetras de afecto con el otro. Pero en el tiempo que tenemos juntos, nunca hemos celebrado un día de San Valentín haciendo algo en específico.

Sin embargo luego de que Madison encuentra el regalo perfecto para su novio, se me ocurre que si bien no tengo que celebrar este día, puedo hacer algo divertido para Jason y para mi. Así que arrastro a Maddie a una tienda de lencería.

—Ven, ya sé como me voy a divertir hoy.

Una hora después, llevo algunos conjuntos de lencería sexy. No fuí capaz de elegir uno solo, así que tomo los que más me gustan y más tarde elijo cual usar.

Madison y yo almorzamos juntas, comimos un helado y luego vamos hasta su apartamento para ayudarle con la sorpresa que le haría a Justin. El regalo que Maddie había elegido para su novio, era un anillo de oro con la fecha en la que se habían hecho novios grabada, además Maddie había hecho una reserva en un bonito restaurante, era exclusivo así que solo aceptaban como mínimo diez parejas este día. Eso les daba algo de privacidad. Su idea inicial era prepararle una cena, pero luego se había decidido ir a un bonito restaurante. Su mejor amigo, Matthew fue quien le consiguió la reserva.

Ya en el apartamento de  Maddie, la ayudé a elegir el vestido que se pondría y juntas vimos en Pinterest ideas de maquillajes.

—Este me gusta, es algo sencillo y resalta tus ojos.

—Si a mi también me gusta.

Mi móvil sonó anunciando una llamada, vi en el identificador que era Jason y sonreí, normalmente siempre hacía un hueco para llamarme a pesar de estar en el trabajo.

—Hola.

—Hola, muñeca ¿que tal tu día?

—Pues me he pasado todo el día con Madison, haciendo planes cursis de San Valentin.

—Si, entiendo, Justin también anda en eso. Son todo unos cursis.

—Sin duda.

—Quería decirte que hoy llegaré un poco tarde a casa, tengo un caso muy importante y necesitan de mi, pero llevaré la cena ¿que se te antoja?

—Tu.

—Sabes que me tienes siempre que quieras, muñeca, pero ahora dime ¿que se te antoja cenar?

—Sushi.

—Pues sushi será, nos vemos más tarde, te amo.

—También te amo.

Tras colgarle a Jason, dejé en el tocador de Maddie  todo lo que usaría para maquillarla.

—Compré algo para ti. —dijo Madison mirándome a través del espejo.

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