Anti-cruel ─ Cap. 5

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               ─ 𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 ─
                                (𝙈𝙞𝙣𝙝𝙤)

El helicóptero estaba comenzando a elevarse, pero la tensión en el aire era palpable. Todos estábamos completamente asustados y enfadados por lo que acababa de suceder. Era una reacción comprensible, pero yo seguía en un estado de confusión aún mayor por la llegada de esta chica que, de alguna manera, había despertado un interés en mí.

Sostenía su mano con tanta fuerza que temía soltarla. Ella emitía pequeños ruidos de molestia, pero con una fortaleza que parecía querer ocultar el dolor del disparo en su pierna. Quizás no quería alarmar más a Chuck de lo que ya estaba. En ese momento, dos agentes se acercaron para atender su herida. Uno de ellos sacó de debajo del asiento una caja mediana de color rojo fuego, un botiquín de primeros auxilios que contenía todo lo necesario: vendas, alcohol, algodón, entre otros.

─ “¿Qué le harán” ─ preguntó Teresa, mirando al agente con preocupación.

— “No se preocupen, solo le pondré una venda. Después, en el refugio le quitarán la bala” —explicó el agente, tratando de calmar la situación. Teresa se quedó un poco pensativa, sin saber qué más decir.

— “Espera, sé que no es el mejor momento, pero Newt, ¿acaso antes le dijiste Mei? ¿Cómo sabes su nombre?” —preguntó Sarten, confundido, mientras miraba a Mei, que ya comenzaba a quejarse del dolor causado por las vendas.

— “Sarten, ¿qué demonios?” —respondió Ben, visiblemente alterado.

Era evidente que la situación se estaba descontrolando. No solo teníamos que lidiar con el dolor y la angustia de Mei, sino también con la confusión y el miedo que todos sentíamos en ese momento. Cada detalle, cada conversación, parecía ser una pieza más en el rompecabezas caótico que estábamos intentando resolver.

— “Ella me lo dijo antes de entrar al laberinto, eso es todo” —contestó Newt, con un tono algo frío. En su rostro se reflejaba preocupación, y su mirada estaba fija en Mei mientras se mordía las uñas nerviosamente.

—““Ahí tienes tu respuesta, Sarten. Ahora guarda silencio” —ordenó Ben con firmeza. Luego, giró hacia la ventana. Sarten se quedó callado, con una expresión similar a la de un perro regañado. Pero, por alguna razón, las palabras de Ben me sorprendieron. Nunca lo había visto de esa manera. Sentí el fuerte apretón de Mei y la sostuve con más fuerza, tratando de transmitirle que todo estaría bien.

— “¿Estás bien, Mei?” —preguntó Chuck, con preocupación en su rostro. Mei dio un pequeño jadeo y asintió.

— “Estoy bien... Estoy bien” —respondió Mei, intentando hablar con claridad. Mientras tanto, el agente terminó de vendar su pierna y guardó las cosas en su lugar.

— “Creo que lo mejor será que descansen ahora. Aún queda mucho por recorrer” —comentó otro agente. — “Sí, creo que todos deberían descansar un poco. Les espera un largo trayecto hasta el nuevo refugio.” ─ La mayoría asintió ante las palabras del agente. Yo solo la miré una última vez. Ella me sonrió débilmente y luego cerró los ojos. Volví mi mirada hacia el frente y me recargué en el asiento, intentando descansar un poco.

La sensación de agotamiento se hacía cada vez más pesada, y aunque intentaba mantenerme alerta, la desesperanza y el cansancio comenzaban a cobrar factura. En ese momento, lo único que podía hacer era esperar que todo saliera bien y que el próximo refugio nos brindara la seguridad que necesitábamos.

                                   [....]

Sentí las manos de alguien en mi brazo, sacudiéndome para despertarme. Abrí los ojos lentamente, tratando de enfocar la visión que aún estaba algo borrosa.

Solo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora