Éramos 2 almas, tú buscabas volar lejos de ésta sumisión secular.
Yo estaba tan lastimada, divagando por la misma. Queriendo volar, pero mis alas eran tan torpes, solo miraba al cielo buscando la luz de la esperanza.Una pequeña luz atraviesa mis retinas, la luz de tu alma sanando, aprendiendo a levantar vuelo.
Miré con ojos que claman piedad y no dudaste en arrastrarme junto a tí, esperando mi pronta sanación para volar juntos.
Ordenaste sanar mis heridas, pero era imposible de curar, mi voluntad impedía mejorar.
Fuiste un niño perseverante, cada día levantando las cortinas de mi alma solo para que la luz y la gloriosa serenidad de la mañana abrieran los ojos de mi ser.
Besar y alzar mis alas parecía ser tu mejor medicina, pero no estaba preparada para volar, tampoco para sanar.
Vuela, cariño. No es un adiós, sino un hasta pronto.
Te encontraré en el cielo para compensar tus intenciones. Aunque ya no vueles junto a mi, aunque te rodees de otras aves que buscan librarse del yugo terrenal.
Vuela junto a la divina libertad, hacía donde indica la luz del atardecer.
Di un salto de fé, en la orilla de un precipicio. Sentía como las fuerzas de la gravedad se compaginan con mi cuerpo, rosaba cada línea de mi piel.
Callendo al precipicio de las criaturas atadas.Mis alas rotas que aún no sanaban parecían ser mi única esperanza, ya sentía como se desenpuñaban .
Mi descenso se parecía a la libertad, como si en verdad pudiera volar.
La fuerte brisa secaba cada pluma, solo quedaba cerrar mis ojos y disfrutar, creer que de verdad lo hacía.Eufórica libertad, me encanta como se apoderaba de mi mente, todo ese espacio que por tiempo estuvo vacío.
A escasos metros de la superficie, mis alas se desplegaron, se impulsaron. Sentía cómo el aire se desplazaba a las zonas de menos presión, mis alas estaban suspendidas.
Parecían brazos de delicadas bailarinas, haciendo movimientos tan sutiles; podía respirar pura vida.
Pude seguir tu rumbo, emprendiendo mi vuelo a la libertad, que mal se veía la superficie y pensar que estuve toda mi vida allí.
No quiero aterrizar jamás, quiero volar y volar, quiero vivir entre la nubes, sientiendo la cálida sensación del sol.
En la noche cerca de los luceros, dibujando cada constelación y retomar mis energías posando a la altura de una rama.No quiero parar, volaré y volaré hasta encontrar mi verdad, construir mi camino hacia mi libertad o desvanecer, pero sin antes parar.