Sonrisa Bonita (parte I)

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Al principio Xie Lian pensó encontrar un pergamino pequeño en el que decía en donde podría estar su pri-mi-to.

En lugar de eso, había una torre de documentos de todo lo que había causado Qi Rong este día.

Los Dioses se quedaban en la matriz solo para quejárse de que sus estatuas tenían dibujos de la anatomía humana obscenas para sus adoradores, en los templos habían palabras muy groceras que quemaban la visión.

Pero eso no era lo peor para ellos, ni hablar de que las estatuas que fueron destruidas fueron de dos Dioses específicos, ellos deberían estar verdaderamente furiosos.

Tan solo escuchar a Ling Wen narrar todo el caos de la presencia de Qi rong, le hacía sentir un profundo dolor de cabeza que amenazaba con explotar su mente.

—A todo esto, entonces, nadie sabe en donde está Qi rong pero si pueden quejarse.

Ling Wen pasó saliva mirando a esta persona, luego miró a Xie Lian: —Taizi Dianxia, no permitimos dejar que entre ninguna calamidad al reino celestial.

—Eso no tiene sentido, Jun Wu estuvo aquí. —respondió Hua Cheng.

—Pero eso fue el pasad-

—A todo esto, entonces, ¿nadie sabe en donde está Qi rong pero si pueden quejarse? —repitió— que mala distribución de Dioses.

Cuando Xie Lian iba a subir al cielo, no se dió cuando que Hua Cheng estaba detrás de él, pero ya era tarde mandarlo de vuelta abajo, de todos modos le dijo que le podía ayudar en algunas cosas porque se tenía que ir después.

Xie Lian sonrió de lado, comenzó: —La última vez que vieron a Qi rong fue en el templo del General Xuan Zhen, Qi rong es muy despistado a veces, ¿quizás dejó un rastro?

—Bueno, hablando de eso, Qi rong escribió algo en el suelo del templo del General Nan Yang —Xie Lian hizo una mueca de pura atención, Ling Wen continúo— con una letra un poco llamativa, con mi mayor respeto Su alteza "Jode perros Xie Lian" fue lo que escribió.

—...

—...

Una brisa de aire entró por las ventanas grandes, fue el último ruido en el palacio de Ling Wen después de esas palabras, dejando solo un silencio incomodo.

Palabras sin significado viniendo de una persona con la cabeza llena de globos que revientan en locura.

—Ejem, siguiendo con-

—Ya lo encontré.

Ling Wen miró a Hua Cheng con un asombro que no pudo detener, luego sonrió de lado —¿Encontrar que?

—Al gusano verde. —miró a Xie Lian— Vamos Gege.

Tomándolo de la mano haló a un Xie Lian que estaba tranquilo y calmado, relajado pero enojado con su primo, casi tropieza pero los pasos de Hua Cheng lo ayudaron a manténer el equilibrio.

Gritó un "Gracias Ling Wen" y salió de la enorme puerta.

Eso era imposible...

Había cientos de ayudantes que tenía el palacio más importante de la literatura, una Diosa estupenda y muy responsable en su trabajo, información confidencial, todo era perfecto hasta que apareció... Hua Cheng.

Ling Wen se quedó estática, seguro fue porque Hua Cheng tenía más ¿aliandos? a su control, que ayudaban a encontrar una cosa, si así es él, entonces, su asistente es alguien mucho más experto en su trabajo.

Lamentablemente en la mansión paraíso de ciudad fantasma, se encontraba un hombre con la frente llena de sudor, una pluma en mano y unas diez latas de tinta al lado, del otro lado, cinco torrer altas de cartas, documentos, pergaminos y muchas fichas habían para firmar, responder o anular.

Juntos por SIEMPRE •  HuaLianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora