Prólogo.

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P1.

Había una inusual sonrisa en el rostro de la hermosa mujer de cabello blanco con ojos rojos, realmente no sabía cuánto tiempo había pasado desde que comenzó a acariciar el cabello de la pequeña en sus brazos. Ella vestía un vestido largo el cual llegaba por debajo de sus rodillas junto a un mandil que cubría el vestido para evitar que la ropa que portaba se ensuciara, parecía ser el modelo de una ama de casa promedio.

Y, si bien es cierto que está completamente satisfecha con su trato en este momento, no quiere decir que este del todo feliz con lo que hace comúnmente su compañera de trabajo (quien resultó ser su hermana), lo cual, en palabras más simples, es básicamente nada.

Después de acostar a la hija de las personas a quien sirve, su cuerpo empezó a moverse para terminar de recoger la habitación de la niña con cuidado de que ella no se despierte. Debía de ser lo más silenciosa posible, pero no pudo evitar chasquear la lengua con molestia cuando escuchó el volumen al máximo de la televisión en el piso de abajo.

-Liz otra vez.

Gruñó para sus adentros mientras cerraba cuidadosamente la puerta y dejaba una pequeña luz encendida para evitar el pánico de la niña si es que llegaba a despertarse en algún momento de la noche, lo cual era poco probable teniendo en cuenta sus hábitos de sueño.

Sella bajó las escaleras velozmente y pasó justo al lado de la sala de estar mientras dejaba escapar una maldición silenciosa al ver a su "hermana" sentada en el sofá mirando la televisión sin molestarse en ponerse de pie para ver quiénes eran las personas que llamaban a la puerta. No pudo hacer otra cosa además de suspirar sabiendo que Liz jamás le haría caso, por lo cual, se dirigió a la puerta.

De pie frente a ella, se encontraba su ama y Emiya Kiritsugu con un chico desconocido. Un pequeño niño pelirrojo de apariencia extraña, sus ojos le recordaban mucho a Liz y eso solo le hizo desconfiar del chico, no por el color de sus ojos, eso era completamente opuesto, no, ni siquiera eran similares en primer lugar.

Era extraño. Esa fue la primera impresión de Sella al ver al pelirrojo de pie justo delante de ella.

"Bienvenidos de nuevo" saludó con una mirada vacilante a Irisviel que, como siempre, solo mantuvo una sonrisa despreocupada.

El chico solo la miró a los ojos sin importarle su apariencia, simplemente le dio una mirada que ella podía deducir que era de curiosidad, si el ladeo de su cabeza significaba algo. Irisviel se rió abiertamente de la acción del pequeño claramente extasiada de que el niño pelirrojo mostrara curiosidad por las personas además de ellos.

"¿Son hermanas?" soltó.

Ella le frunció el ceño ante la descarada pregunta, pero aun así logró dar una pequeña respuesta negativa con la cabeza ante las palabras del chico, lanzó una mirada interrogativa a las personas a las que servía. No estaba del todo segura de lo que estaba pasando o porque había un chico de pie frente a su entrada a estas horas de la noche.

No, ciertamente sabía que ahora estaba bajo el cuidado de sus amos, pero su cerebro estaba en un momento de negación mientras trataba de procesar el nuevo giro de los acontecimientos y las nuevas variables que podría significar para su vida cotidiana.

Y honestamente hablando, no le gustó para nada este hecho. Estaba reacia a aceptarlo, pero guardó silencio por mero respeto a la persona que servía.

"Fufufu. No Shirou, esta hermosa dama frente a ti es Sella"

"Un gusto" fue todo lo que dijo Shirou. Fue demasiado pragmático con su saludo e inconscientemente ambas mujeres miraron a Kiritsugu, quien no reaccionó a sus miradas a pesar de saber el significado detrás de ellas.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2023 ⏰

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