asesinato

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Jueves 4 de enero, 2024. Bogotá.

Tres personas pasaban corriendo silenciosamente por el pasillo oeste del séptimo piso del no muy conocido "hotel castro" de Bogotá.

Eran aproximadamente las 01:23 de la madrugada cuando dieron con la puerta 16 de aquel pasillo. La persona a cargo, dando una indicación con su mano izquierda, indicó que uno de sus acompañantes caminara hacía el otro extremo de la puerta, logrando entrar al departamento, rompiendo la cerradura con dos disparos.

Recorrieron el pequeño y asqueroso salón de aquel diminuto departamento, miles de papeles, unas armas, maletas e incluso drogas tirados por todo el lugar. Caminando sin tomarle importancia, siguieron revisando hasta oir una voz proveniente del baño.

La puerta media abierta de una habitación había sido perfecta para que los tres enmascarados entraran sin que aquel hombre los viera.

- ¿¡Quién anda ahí!? - el hombre salió de su ducha y se apresuró a agarrar una pistola qué tenía cargada. - ¡Salgan, maricas!

Un disparo impactó contra la pierna del hombre, haciéndolo caer al suelo. Las tres personas dentro de la habitación salieron, encontrándose cara a cara con aquél hombre que tenía pánico en su rostro.

Otro disparo impactó en su brazo, al tratar de levantar su arma. Soltando un ligero grito de dolor, que solo hizo sonreír a dos de los tres enmascarados.

La persona a cargo se acercó a el, quitándole su arma con una patada, tirándola lejos. Sonreía. Sabía que estaba asustado. Podía ver el pánico en sus ojos y eso solamente le provocaba una excitación en todo su cuerpo.

- te dije que no me gusta que jueguen al escondite conmigo. - habló lentamente con su voz ruda, teniendo sus ojos puestos en los de aquel hombre que no era capaz de pronunciar ninguna palabra. La persona a cargo bajó su vista al pene descubierto del hombre y soltó una risa. - ¿ese es tu pene? - lo apuntó con su arma. - creí que no podía ser más patético. - le habló a uno de sus acompañantes, riéndose junto a su jefe, antes de que volviera a disparar. Pero esta vez, impactando contra el rostro de aquél hombre, dejándolo completamente sin vida.

Rápidamente salieron de aquella habitación sin dejar huella alguna de sus identidades. O eso fue lo que pensaban ellos..

Pov María José Garzón.

Empezaba otro día, luego de despertar con el terrible sonido del despertador. Eran las 05:30 de la mañana y yo lo único que quería era seguir durmiendo.

Luego de posponer la alarma y que lamentablemente volviera a sonar, me levanté en contra de mí voluntad hacia el baño. Una buena ducha podría hacerme despertar mejor.

Dos horas después, me encontraba caminando por el innecesariamente extenso pasillo hasta la oficina del detective johann vera. Quién se encontraba sentado en su escritorio con un semblante bastante serio mientras revisaba unas carpetas.

- Buenos días. - hablé colocándome frente a él. Alzó su vista y se sentó correctamente en su silla. - ¿qué tenemos para hoy? - me crucé de brazos.

- Garzón... - dejó las carpetas sobre su escritorio y me dió una linda sonrisa. - que gusto volver a verte.

Sonreí falsamente, esperando su respuesta.

- ¿mucho tráfico por las calles? - se levantó de su asiento y sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo. Me extendió uno y le sonreí.

- horrible. Menos mal este lugar no queda tan lejos de mí casa. A esta hora Bogotá es un caos. - hablé con el cigarrillo entre mis dientes, inhale y luego solté el humo por mí boca.

- detective. - villa entraba a la oficina a paso rápido y le extendió unos papeles a Johann. - tenemos un nuevo caso.

Johann revisó los papeles y me miró. Una sonrisa pasó por sus labios pero inmediatamente desapareció.

- parece que tienes trabajo, Garzón. - habló tirando los papeles sobre su escritorio. - te puedes retirar, Laura. - la mujer asintió y se devolvió por dónde había llegado. Yo lo miré expectante. - tenemos un asesinato. Aparentemente vinculado con drogas.

Media hora después, me encontraba fuera del "hotel castro". Un lugar algo alejado de la ciudad, pero bastante conocido entre los narcotraficantes y personas que querían ir a tener sexo.

Apenas me acerqué, pude ver todas las patrullas policiales, forenses y periodistas tratando de sacar información. Preparé mi cámara, pasé bajo la cinta que impedía el caso y me acerqué a juanpa, que se encontraba hablando con otros dos policías.

- juanpa, ¿qué pasó aquí? - pregunté viendo todo el lugar, el me sonrió y me llevó al mostrador del hotel mientras me explicaba.

- tres muertos. Dos encargados de recepción. Uno recibió un impacto de bala directamente en la frente, impactando con el cráneo. - fotografiaba el lugar y a la persona que se encontraba tirada en el suelo. - la otra un golpe en el rostro que la hizo caerse. - me señaló una esquina del mostrador que tenía sangre. Ahí se encontraba otra persona en el suelo.

- pero al caer se chocó con el mueble y se hizo un corte en la cabeza. - completé, poniéndome de cuclillas para ver más de cerca la persona en el suelo y sacar una fotografía de donde aparentemente estaba la herida. - ¿y la tercera persona? - pregunté curiosa, volteando a verlo.

- séptimo piso, lado oeste. Un joven que sufrió más. Por lo que he visto, el era el objetivo. Muñoz y Valencia están arriba.

Le di las gracias y subí hasta el séptimo piso, tal y como me había dicho. No fue necesario buscar la habitación ya que al llegar me encontré a Muñoz revisando unas bolsas que le estaban mostrando con aparente evidencia.

- Muñoz - lo llamé, caminando hacia el. Al verme, dejó las bolsas a un lado y empezó a caminar.

- te enseño. - me señaló que lo siguiera y caminamos hasta un pasillo que nos llevó a la habitación 16. Al ver el rostro del tercer fallecido, me quedé inmóvil. - Juan Pablo Jaramillo. 30 años. Colombiano. Antecedente de drogas, exceso de velocidad con alcohol en su sistema, robos, peleas callejeras. El tipo era un drogadicto, que al parecer, debía bastante dinero.

No pude fotografiar. Ni siquiera pude seguir mirando. Di unos pasos hacia atrás, alejándome de aquella habitación. No lo podía creer. Juanpa era mí amigo de toda la vida. Miles de veces había tratado de hablar con él. Sabía que no estaba en buenos pasos, ¿pero esto?

- poché. - oí la voz de alejo, pero no lo miré. Seguía pensando en el cuerpo de mí amigo que estaba tirado en el suelo de esa maldita habitacion.

Sentí como unos brazos me rodearon. Alejo era el único que sabía de mí amistad con juanpa. Anteriormente habíamos salido los tres al cine o alguna fiesta.

- lo lamento, poché. - no sabía cómo reaccionar. No iba a llorar y menos en ese lugar. Me separé de alejo y limpié una lágrima que había corrido por mí mejilla.

- ¿se sabe quién fue? - hablé con voz entrecortada, alejo negó con la cabeza.

- el caso es muy reciente. Todavía no tenemos información de lo que pudo haber pasado. Revisaremos las cámaras y tomaremos el testimonio de las personas que se encontraban en todo el edificio. Lo vamos a encontrar, poché. - me sujetó de los hombros, viéndome directamente a los ojos.

Y en ese momento no se lo dije, pero juré que descubriría qué había pasado. Sea con su ayuda, o sin ella.

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Siento que me quitaron un pedazo de mi alma
Si te vas no queda nada, queda un corazón sin vida
Que a raíz de tu partida se quedó solo gritando, pero a media voz.. 🎶

perdóname | cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora