Me subo a un barco junto a otros alumnos de primer año. Se les ven las caras de miedo, y no puedo evitar sentir ternura.
Me fijo en un niño en particular, de tez pálida y postura creída. Al notar mi mirada, se acerca y se sienta a mi lado.—¿No eres un poco grande para ser de primer año?— pregunta burlesco ¿un niñato se está riendo de mí?
—Me transferí recién en cuarto año, mi familia se mudó desde Suiza— lo corrijo. Luego recuerdo que estoy hablando con un niño y que no debería ser grosera. Motivada con ese pensamiento, agrego —¿Como te llamas?—.
—Aaron Carrow, ¿tú?—.
—Yo soy Aurora Beaumont, un placer, Aaron— me sonríe y mi corazón se derrite un poco —¿Ya sabes en qué casa quieres estar?—.
Me cuenta que toda su familia es de Slytherin, y que le gustaría estar ahí también. Seguimos hablando de cosas triviales y pronto llegamos al castillo.
—Señorita Beaumont, ¿usted es la transferida, no?— asiento a la profesora —Me llamo Minerva McGonagall, seré su profesora de transfiguración— me sonríe —como es la mayor, el sombrero la evaluará primero—.
Genial.
Las puertas del Gran Comedor se abren en cuanto el dichoso sombrero termina de cantar. Camino erguida con la frente en alto, formando una sonrisa cuando noto an mis amigos en la mesa de la serpiente.
Evalúo el salón mientras avanzo: el techo es impresionante, por no mencionar los fantasmas que se mueven libremente entre las mesas. Cuando llego al frente, me siento y espero que el sombrero sea colocado en mi cabeza. Intento ignorar que no sé qué tan viejo es dicho sombrero, ni en la cabeza de cuántas personas ha estado antes.
Soy mágico, no te voy a dar piojos.
Me sobresalto. Me disculpo mentalmente por ofender a la voz que ahora reside en mi mente.
Lamento la ofensa, pero es una preocupación normal y fundamentada.
... Comprendo, cómo sea, creo que sé en qué casa ponerte.
Slytherin, ¿verdad? Pregunto cautelosa. Encajaría muy bien, fue la casa de mi madre y ahí están mis amigos, así que es la que más me conviene.
En vez de contestarme, anuncia gritando "Slytherin" de forma dramática. Mis amigos aplauden con entusiasmo, igual que la mesa de mi nueva casa. Me acerqué a donde estaban sentados y me senté al lado de Draco, quien me había guardado un sitio.
—¿Estaban nerviosos?— pregunto de broma.
—Ay, por favor— se ríe Theo —si hasta tienes cara de Slytherin— eso hace que Daphne suelte una risa.
—Tiene razón, Bea, no es cómo si emitieras vibra de Hufflepuff exactamente— explica mi mejor amiga recobrando la compostura.
Nos quedamos en un silencio cómodo y vemos a un par de niños ser sorteados a Gryffindor. No trato de buscar a mi hermana, pues se que, cómo es prefecta, todavía no está aquí.
—Así que, Aurora— habla Blaise —vienes de Suiza, ¿no? ¿Qué tal todo por ahí?—
—Suiza es hermoso, en verdad— sonrío al recordar mi antigua escuela —la magia es mucho más enfocada en la naturaleza, y a menudo teníamos que crear lazos con bestias mágicas. Claro que igual siempre extrañé Londres, y mi madre pensó que sería lindo que me graduara en el mismo lugar en el que ella se graduó— explico.
—Además— susurra Draco —no podía vivir sin mí—
Ante eso, Blaise, Vincent y Gregory explotan de risa, ganándonos una mala mirada de un profesor particularmente sombrío. Los mando a callar y le doy un codazo cariñoso a Draco, mientras ignoro deliberadamente el guiño que me tira Daphne.
—¡Aaron Carrow!— anuncia McGonagall, atrapando mi atención hacia el pálido niño. Con él estuve hablando en el barco. Mientras camina hacia el estrado, le cuento a mis amigos el encuentro que tuvimos. A Daphne le parece demasiado tierno, y sugiere que lo adoptemos, a lo que estoy de acuerdo. Draco rueda los ojos y Theo suspira pesadamente. Este último nos dice que ni siquiera sabemos en qué casa va a ser sorteado.
Para su desgracia y nuestro agrado, el sombrero lo manda a Slytherin no mucho después. Su mirada se encuentra con la mía, y le hago señas para que venga a sentarse con nosotros. El rubio a mi costado se queja, pero aún así se arrima un poco para que le demos sitio a Aaron.
Por lo que vi en el barco, no debe haber hecho muchos amigos aquí. Y, siendo sinceros, el que se siente con chicos de cuarto año hará que lo vean como alguien respetable, así que lo ayudamos.
Cuando se sienta, Blaise lo saluda con entusiasmo, felicitándolo por "haber entrado a la mejor casa de todo Hogwarts". El niño trata de ocultarlo, pero sonríe. Seguro estaba nervioso, si tus padres quieren que estés en Slytherin, será mejor que así sea, si no quieres que te deshereden.
Lo despeino y escucho al viejo director hablar. Cuando termina su discurso, platos llenos de comida aparecen frente a nosotros, y el festín da comienzo.
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Amor con espinas || d.m.
FanfictionAurora Beaumont era conocida por tres rasgos particulares: su exorbitante belleza, su sorprendente habilidad en el quidditch y su fortuna sin igual. Más allá de eso, nadie sabía nada de la joven alumna que pronto habría de asistir a Hogwarts, entran...