Rico calor

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Hola mis lectores queridos, lamento muchísimo por la ausencia y falta de actualización, tengo tantas cosas que no puedo organizarme para seguir actualizando la cajita musical de Draco Malfoy, así que lo siento pero en cuanto tenga tiempo lo subiré, además tengo otras historias drarry también este año fue hermoso la llegada de inspiración. Hermoso. Así que aquí les dejo algo corto y bastante nuevo ya que no es mi tema que escriba estas cosas pero en una semana di vida a este texto que surgió y bien que lo aproveche para escribir. 

Feliz Navidad 🎄🎄🎄🎄

Después de todo ese suéter por lo poco que valía porque... no era la gran cosa. Pero la noche había empezado más caliente de lo normal, y era excitante. Harry no podía creer que ponerse el suéter para evitar el frío también le había servido de gusto en todo el cuerpo, aunque por otro lado empezaba a sufrir llevándolo. Era excitante la sensación, reconfortante pero más parecía a una delicia irreconocible.

Harry lo disfrutaba y reconocían lo rico que podía ser ese calor que surgía desde el miembro hasta su pecho, y de ahí se trasladaba hasta el rostro. Era distinto del calor normal que se formaba cuando se abrigaba para evitar la invasión del frío. Y está noche lo estaba conociendo, en ese preciso momento viviendo todo el descontrol de su cuerpo, y aquel temblor pícaro que ocasionaba que sus piernas se movieran temblando, como si jugarán al ritmo de las caricias que le daban esas manos con unos dulces tactos. Todo en él parecía estar en el aire.

La lengua del rubio jugando con la suya de una manera inexplicable, suave, despacio era algo maravilloso, nunca pensó que un beso pudiera ser tan así... pero estaba liberado, sin presión, sintiendo con gusto pleno aquella lengua que experimentaba la suya tiernamente, como si estuviera comiendo un caramelo desde adentro de sus labios y tan solo pensar que él era un caramelo para esa boca le hacían volar sobre las estrellas.

Sentía las manos del rubio acariciar su cuerpo, las uñas frías clavarse de segundo sobre su piel y simular pequeños arañazos, ocasionando que respingara al segundo haciendo que su corazón se estremeciera y derritiera de placer, que saltará, que bombera por salir. Era tan sofocante cuando aquellos dedos se trasladaron hacia la costilla, es que quería reír, volar más allá de dónde se encontraba, le encantaba, apreciaba los dedos del rubio jugando como si lo que estuviera tocando fuera en realidad un piano, joder le era esquicito y delirante. Pero aquellas manos caminaban dulcemente en un signo de cosquillas por su costilla hasta llegar al vientre y de ahí subían para explorar su pecho firme palpitando.

Todo había comenzado así; Harry había salido de su habitación, rompiendo el toque de queda, para bajar directamente hacia los pasillos fríos de las mazmorras porque a últimas horas recordó que en la sala del profesor Snape había dejado algunos libros sobre su mesa, y justamente se había puesto el regalo de Molly Weasley que le había dado en su Navidad el año pasado, era un suéter de tejido color verde con un dragón dorado sobre su centro. A sus quince años Harry no había dejado de amar aquellos gustos y pasatiempos favoritos de la señora Weasley, y lo había usado en la mañana para bajar al comedor y desayunar sintiéndose aliviado de que el frio que provenía de afuera no fuera tan intenso, mientras sus amigos elogiaban la vista del suéter tejido, que combinaba con sus hermosos ojos, y en la noche para no tener que cambiarse otra vez después de bajar de la cama, se había puesto solo el suéter, abajo suyo no llevaba nada.

La sorpresa se dio al entrar en la sala de pociones, que desapareció de su mente al sentir aquel beso fuertemente, y que de pronto alguien lo había apoyado sobre la pared cubriéndolo con su cuerpo, dándole calor y no solo eso sino una caricia en su cabeza. Y era Malfoy, Malfoy que había besado sus labios, que lo había pegado a la pared, que lo cubría con su cuerpo, quien de inmediato se apresuró a respirarle con su aliento suave y refrescante pero tan rico sobre su nariz y labios. Jamás había visto a Malfoy así, con una mirada intensa, profunda como si lo que hubiera agarrado fuera la cosa más importante de su vida, los ojos de Malfoy era de un gris brillante, y mantenían un brillo reluciente que le quitó el aliento al instante.

El suéter verde de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora