005: accident.

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Al caer la noche, Do Do-hee se encontraba con una de sus manos en su rostro. La cefalea era terrible; estaba reconsiderando si realmente había hecho bien en tomar soju esa noche. Ya que, mejor que nadie conocía su reacción ante la bebida.

Su mirada se dirigió a su dispositivo móvil cuando una notificación llegó, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver de quién se trataba. El mismo diablo tentaba en momentos de desesperación. Era Do Seo-ri.

Al tomar su celular e ingresar rápidamente en el mensaje, su sorpresa fue aún mayor al ver que era una invitación.

A su parecer, eso era un acto sospechoso de la pelinegra. Pensó reiteradas veces en su respuesta, pero simplemente no tenía una. Se sentía ofendida por lo que ella había dicho, pero no la culpaba. Ella también tenía rencor por sí misma.

Su relación de hermanas no era tan buena; pero, Do-hee no podía negar que había días en los que deseaba que ambas se volvieran más cercanas. Solamente quería... tener una hermana, no un rival.

Con una sonrisa pasó su mano por su lacio y perfecto cabello. Se sentía extremadamente bien; parecía ir todo tan bien.

Ingresó al teléfono para llamarla, tenía que hacerlo. Iba a intentar disculparse, era lo último que podía hacer, tomando en cuenta que Seo-ri había tomado la iniciativa.

Hasta que...

Nuevamente una notificación la desconcertó, con rapidez tomó mejor su celular pensando que nuevamente se trataba de su pariente.

Y en ese momento su sonrisa desapareció, la notificación GPS apuntaba que estaban tomando el camino opuesto de su destino.

La tecla del volumen fue tocada tres veces, al final del día. Seo-ri era su última escapatoria.

Con terror levantó su mirada hacia el conductor, su corazón aceleró, sus ojos vacilaban y sus manos temblaban esperando que solo fuera una confusión. Pero al ver sangre en su cuello, y guantes en su mano lo entendió, estaba en peligro.

La pelinegra secaba su cabello mientras salía del baño. Su toalla estaba sobre su larga melena, dándole algunos toques para eliminar el rastro de agua.

Su celular comenzó a vibrar exageradamente desconcertándola. Tenía a todos silenciados, menos a la señora Joo y...

Do-hee.

Rápidamente se acercó tomándolo, preocupada por lo que podría pasarle a la mayor. Temia lo peor, en su mente repetía una y otra vez que no se tratara de ella, y se cumplió.

Era el mensaje de su hermana, donde pedía ayuda. Su ceño se frunció y observó la foto que venía con el mismo. La cara de desesperación de la de ropa rosa, y la espalda de aquel hombre con sangre en el cuello.

MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won Donde viven las historias. Descúbrelo ahora