Capítulo único

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El vestuario azulcrema estaba reparos ante de alegría, las bebidas se abrían casi solas, los brincos, bailes y gritos no paraban.

-¡Vámonos todos a La Santa!
Henry sin duda era el más emocionado por esto.

Todos aceptaron, así que rápidamente se prepararon para subir al camión que los dejaría en las instalaciones.
Una vez allí, tomaron sus carros para ir a sus respectivas casas a ponerse guapos.

Al cabo de una hora ya estaban todos en aquel famoso antro, algunos con sus parejas y otros solos.
El ambiente estaba prendido y dirigido por Lara, quien parecía jamás cansarse, la música no paraba, el alcohol los corrompía y la felicidad sólo los alentaba a más.
Bailaban todos en círculo, uno al lado del otro.
Sólo algunos acompañantes estaban sentados.

Kevin se movía al compás de la canción, de arriba a abajo con movimientos que jamás se habrían imaginado que pudiera hacer, el alcohol se mezclaba con su sangre y la excitación sólo lo hacía olvidarse de todo lo malo y seguir bailando.
Israel sólo se movía al ritmo de la canción pero sin llegar a hacerlo un baile, él era más de cantar aunque intentaba dar su mayor esfuerzo en el baile, también se estaba soltando un poquito por el alcohol que ya había sido bastante, bastante cómo para que le den ganas de ir al baño, así que a eso fue.

Al entrar al baño se encontró a Lara (quien hace unos momentos estaba poniendo ambiente y dando shots) junto con su novio, besándose contra la pared sin siquiera escucharlo, así que hizo pipí y salió.
Al salir de encontró con Kevin.

-¡Isra! Te estaba buscando.
En los altavoces se escuchaba el inicio de una de las canciones favoritas de Kevin.

Fue jalado por Kevin hasta la pista de baile, que estaba aún acaparada por todos los azulcrema, bailando cómo si sus vidas dependieran de ello.
Una vez en la pista, Kevin comenzó a mover el cuerpo de Israel, haciéndolo soltarse un poco más, a este punto, el alcohol ya no los dejaba pensar bien en sus acciones; después, Álvarez comenzó a moverse él, junto a Reyes.

Cuando bailamo' yo se que te recalienta'
Porque tu cuerpo y el mío de complementan
El club cerrado pero yo te abrí la puerta
Que vamo' a darle yeah
Un perreito salvaje (tra, tra)

El cuerpo de Kevin seguía el ritmo de la voz de Emilia, moviéndose bastante sensual y siendo observado cuadro por cuadro por Israel, quien cada vez más se acercaba a él.

Me encanta que le demos hasta abajo
Porque pa' eso te traje (tra, tra, tra)
Y yo que ando bien suelta, baby, no respondo mensaje'
Bailamo' un ratito y despué' si tú quiere'
Te doy el puntaje (baby)
Yeah-yeah (tra, tra, tra)
Un perreíto salvaje

La canción continuaba y sus cuerpos se acercaban cada vez más, calentándose más de lo que pensaban posible.
Cuando la canción iba a la mitad, Kevin ya estaba literalmente perreandole a Israel, quien tomaba sus caderas fuertemente y lo hacía moverse más pegado y más fuerte contra él, el alcohol los había cegado a ambos.
Kevin se dio la vuelta, quedando frente a frente a Israel, comenzando a frotar su pelvis con la ajena.

Hasta abajo como Don
Lo que no' iguala e' que no' gusta el reggaetón, yeah-yeah
Del party es la sensación
No, no soy pirata, pero manejo el timón

-¿Quieres ver cómo manejo yo el timón?
Kevin habló, cerca de la boca de Reyes, bajando su mano por su abdomen y apretando levemente la semi erección

-Enséñame, a ver.
Sus labios ya estaban chocando, aún sin atreverse a besarse, pero ambos fueron jalados de repente.

El aire frío de afuera contrastando con sus cuerpos calientes les enchinó la piel, y cuando vieron a la persona que los sacó de ahí, se calmaron.
Era Malagón, quien metió a los dos a los asientos traseros de su camioneta y comenzó a conducir.

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