Mina, a pesar de tener una personalidad introvertida, siempre se ha caracterizado por llevarse bien con todos sin importar su casta; Alfas, deltas, betas, omegas... le da lo mismo. De hecho, tiene seis muy buenas amigas alfas.
Ellas la tratan con l...
Nota de autora: Siento la necesidad de volver a aclarar que este OneShot es meramente lemmon, y claro, obviamente tendrá su momento cute, 'cause Imma fuckin' romantic.
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—Ay, Mina... no es tan malo como otros omegas o betas dicen. —me responde Dahyun— Suelen ser muy exagerados. A mí me gusta. —da un sorbo a su bebida con leche de almendras.
—Dubu, si de por si los alfas tienden a ser celosos, toscos y sumamente posesivos por naturaleza no imagino cómo serán durante sus celos. —hago una ligera mueca.
—¿Nunca has estado con una alfa en celo, entonces? —niego con la cabeza— ¿Has estado con alguna siquiera? —mis mejillas empiezan a sonrojarse al recordar mi primera vez con una alfa, que de hecho es buena amiga mía.
—Por supuesto que si, Dahyun. —ella me sonríe coqueta.
—¿Puedo saber su nombre? —se inclina ligeramente sobre la mesa, casi derramando su vaso y manchando su blusa con el glaseado de su pastel de chocolate— ¡Oh, mierda!
—Mejor vayamos al baño a limpiarte eso.
No sé porqué llegamos al tema. Primero estábamos conversando acerca de la mala decisión que tomó el actual presidente de Estados Unidos al aprobar el Proyecto Willow y sus repercusiones en el medio ambiente, y luego como si nada pasamos a hablar de lo otro.
Solo sé que por culpa de Dahyun estoy reconsiderando mi propia manera de pensar acerca de estar con una alfa en celo.
¿Es tan bueno como dice Dubu?
—Por cierto, debo irme ya, Minari —termina de tirar el papel que utilizó para limpiar su blusa y se despide de mí saliendo de la cafetería—. Fue lindo pasar la tarde contigo, pero mi alfa me está llamando, ya es de noche.
—Está bien. Dale mis saludos a Gyu-young. —le doy un abrazo antes de que se suba al taxi y me encamino en dirección a mi auto.
Me toma casi media hora llegar hasta mi departamento en Yongsan-gu, el tráfico estaba terrible, pero hubo algo más en mí, sentía algo en el pecho, como un presentimiento de que algo iba a pasar.
Dicen que debes hacerle caso a tu sexto sentido, pero sinceramente tenía tanta flojera de prestarle atención a eso que seguí de largo.
Pero debí hacerlo.
Debí prestar atención cuando sentí aromas vagamente conocidos para mí apenas entré al edificio. Debí prestar atención cuando en el pasillo hacia mi departamento aquellos aromas se intensificaron, pero definitivamente debí prestar atención cuando al llegar a mi puerta, esta estaba ligeramente abierta y todo aquello me golpeó como un puñetazo, haciéndome sentir mareada de inmediato.
