Louis no para de hablar

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-Llamé a Ann en año nuevo y pensé que podría volver un momento a Argentina, después de tres años uno empieza a extrañar y podía darme el lujo de no hacerlo y venir. Me comentó de su tradicional duda existencial acerca de qué regalarle a su "hijito chiquito y bonito" un mes antes de su cumpleaños y decidí que podría ser parte de ello. Así es como y por qué estoy acá, pensé que necesitarías un hombre que te inicie en toda esta mierda de ser adulto y no creí que existiera alguien mejor que mua.

-Bastante egocéntrico, Europa no te cambió en nada.

-A veces agradezco haberme ido y poder cortarte la llamada, pesada.

-Callate mono involucionado que nunca querías que corte.

La discusión de mejores amigos era algo a lo que Harry se sentía ajeno, puesto que bueno, Louis estaba sentado en el sillón de su living hablando con su madre como siempre, rodeado de algunos familiares curiosos por su viaje que ya lo conocían hace años. Y estaba impresionado por ello.

-Simplemente espero que no vuelvas a mi hijo un perverso Louis, sé que a Harry no le gusta festejar su cumpleaños tanto tiempo en el día, así que, agarrá las llaves de la camioneta y llevatelo un rato. Yo distraigo a las tías. -Anne le susurró esto al oído, señanalandole de manera disimulada dónde estaban colgadas las llaves.

-Dalo por hecho linda. Lo voy a corromper llevándolo a ver mujeres desnudas y tomar falopa.

-Quedate tranquilo que te puedo encontrar y matar.

-Harry -Lo miró mientras se levantaba del sillón- ¿me darías un vaso de alguna gaseosa o jugo por favor?

Harry se levantó del individual en el que estaba y lo guió hacia la cocina.

-¿Coca o levite?

-Cerveza y torta querido. Vamos que esto se va a llenar de preguntas sobre novias y estudios y mi viaje.

-¿Vamos a dónde?

-Veremos.

cuando sea mayor || l.s || smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora