Capitulo 7."Resonancia", un grito hizo eco en medio del bosque.
La cabeza de una maldición estalló con varios picos de energía maldita que salieron de el.
"Muy buena kugisaki", exclamó yuji con emocion.
"Oigan, no se detengan", regaño un fushiguro levemente cansado.
El trío de adolescentes se encontraban con varias heridas por todo el cuerpo, y era claro que los tres estaban cansados.
Ahora mismo se encontraban a mirad de un bosque en quien sabe que parte de Japón, su estúpido maestro (en palacio de kugisaki), los había llevado hasta ese lugar para un supuesto entrenamiento.
Nobara negó con la cabeza, y se apoyó en sus rodillas, mientras intentaba recuperar el aliento.
"Yo... Yo necesito un descanso", ella exclamó con cierto grado de irritación, era más que clara su molestia por la situación.
"RECUERDEN CHICOS, EL ENTRENAMIENTO NO TERMINARA HASTA QUE LLEGUEN A LA META".
La voz algo burlona de gojo resonó por todo el bosque, lo que solo hizo incrementar la irritación en Nobara.
"Maltido imbécil", ella grito a los cuatro vientos.
"El no te escucha", fushiguro le recordó, pero tuvo que apartar la mirada de la pelicastaña, debido que está última le dirigió una mirada que prometía mucho dolor.
"Vamos, tenemos que relajarnos", itadori se paró entre ambos, y sonrió, "seguiremos la sugerencia de kugisaki, y descansemos un rato", el chico de cabello rosa propuso.
Y los otros dos adolescentes decidieron seguir al chico.
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"Sabes que si los altos mandos se enteran de ésto, se pondrán furiosos ¿no?", la calmada vos de shouko llegó hasta los oídos de satoru, quien se encontraba a un par de metros sobre el aire.
Girando su cabeza hacia su amigo, el hombre sonrió con altanería.
"Tu misma lo dijiste, solo si se enteran, y dudo mucho que alguno de los niños me delate", gojo está confiado en ese echo.
"Y claro, no creo que seas una soplona... no al menos con los altos mandos claro", la última declaración fue más una indirecta bastante directa.
"Bueno, si no estás de acuerdo con que este aquí, solo dilo", ella captó perfectamente la indirecta.
"Aunque lo hiciera, no sería el caso, ¿Te irías?", la respuesta del gojo fue algo sarcástica.
"Claro que no", shouko respondió aún así.
"Lo ves, no tiene caso discutir contigo", el peliblanco respondió demanera algo infantil.
Shouko sonrió.
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El sol ya comenzaba a ocultarse en la lejanía, dejando detrás de ella una hermosa escena del atardecer.