Parte única.

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Hoy era un día importante, hoy sería la primera vez en qué Max visitaría en paddock. Después de pensarlo por un buen rato, Christian decidió que sería una muy buena idea que Max conociera el paddock, quería que su hijo disfrutará de la hermosa sensación de ver a los pilotos deambular por el sector, poder tomarse una foto con ellos y ver los monoplazas.

Horner tomo un sorbo de su café con calma, eran las 5:00 de la mañana y en una hora él tenía que ir al paddock, por lo tanto, en unos minutos tendría que despertar a Max. Las esperanzas de que Maxie se interesará en el mundo del automovilismo le generaba a Christian una especie de cosquillas en el estómago, lo único que esperaba era que su hijo no quedará cautivado por otro equipo que no fuera Red Bull, no se perdonaría si Max de pronto comenzará a alentar por algun equipo cómo Ferrari o Mercedes, dios lo libre del pecado que sería que su hijo sea fanático de Mercedes.

Christian dejo su taza vacía en el lavabo, comenzando a caminar hacia el pasillo, en el cuál, estaba la habitación de Max, al lado el baño y luego, al final del pasillo, la suya.

Horner camino lentamente hasta llegar a una puerta blanca decorada con autos azules y algún que otro superhéroe.

Chris abrió la puerta desde el picaporte lentamente, Max dormía plácidamente, sus mejillas estaban levemente rojizas por el calor.

-Max- susurró Christian-. Maxie, cariño, es hora de levantarse- murmuró el jefe de Red Bull, tocando levemente al niño.

El rubio comenzó a abrir sus ojitos, frotándoselos mientras largaba un bostezo.

-Buenos días papi- saludo el pequeño, acercándose a su papá, quien estaba sentado en su cama, enredando sus bracitos en el cuello del mayor.

-Buenos días Maxie, ven, te darás un baño, luego te haré algo de desayunar, te lavaras los dientes y por último nos iremos al paddock, ¿Estás emocionado?- masculló Christian con una sonrisa dulce.

El más pequeño asintió con emoción, sonriendo de oreja a oreja.

Christian se levantó de la cama, abriendo el armario de el rubio, eligiendo una camiseta azul, unos pantalones negros para luego proceder a caminar hacia la cómoda en la habitación, abriendo el primer cajón, sacando unos calzoncillos y un par de medias blancas.

Horner dejo todo doblado en la cama, para luego dirigir su mirada a su hijo, quien observaba cada uno de sus movimientos con atención.

-Ven, vamos a darte una ducha- espetó el británico, cargando a Max, comenzando a caminar hacia el pasillo, y luego hacia el baño.

Una vez Max estuvo complemente limpio, el pequeño camino hasta su habitación, envuelto en una toalla, seguido de su padre quien miraba la escena con ternura.

Christian vistió a Max rápidamente, saliendo de la habitación a su lado. Cuando llegaron a la cocina, el pequeño fue alzado por su padre para sentarlo en la silla.

Horner preparo algo simple, unos huevos revueltos con jugo de naranja, Max devoró todo en minutos, sonriendo orgulloso al acabar el plato.

-Muy bien campeón, ve a lavarte los dientes y nos vamos- comento el mayor, chocando los 5 con Maxie, sacándole una risita juguetona al menor.

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En cuanto llegaron al paddock, Christian salió disparado hacia el hospitality de Red Bull. Horner le presento a Max a todo ingeniero, Ingeniera, mecánico, mecánica, accionista, etc que se le cruzará por delante. El pequeño Maxie parecía maravillado por lo llamativo que era el lugar de trabajo de su papá, y eso hizo que Christian se sintiera orgulloso.

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