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El día libre de Atsushi iba bien, estaba todo tranquilo y pacífico. No lo habían llamado de la agencia, pudo dormir hasta un poco más tarde y comer sin preocupaciones

Un lindo viernes por la tarde, sin trabajo, que bella era la vida

Atsushi tuvo una pequeña idea en su cabecita de pollo

Solo fue al supermercado por un par de verduras para la cena de esa noche

Solamente por eso y nada más

Nunca creyó que tendría tan mala suerte de encontrarse con Akutagawa en una situación similar

El pelinegro al reconocerlo le miró mal y siguió sacando algunas verduras de ese pasillo. Atsushi se molestó por eso, pero se mantuvo callado para no perturbar la tranquilidad de las personas alrededor

El pelirosa no natural alzó la mirada nuevamente y el mafioso ya no se encontraba ahí. Le restó importancia y la sensación de alivio llegó a su ser

Todo iba bien, había comprado lo necesario para esos días y un par de dulces para disfrutar

O tal vez la suerte no estaba de su lado

Apenas logró salir del supermercado, se distrajo solamente un segundo

Rashoumon lo arrastró hasta un callejón, dejándolo frente al mafioso con una mueca molesta

El detective soltó un suspiro, rascando su nuca con agotamiento, viendo como Rashoumon volvía a su portador

- ¿Por qué me arrastraste hasta aquí? ¿Quieres pelear otra vez?

- ¿Qué harás al respecto? Quiero matarte, me desagrada tanto verte

Suspiró, tratando de ser racional con el pelinegro

- Vamos, nos conocemos hace más de dos años, ¿podrías dejar de decir eso? Sé que te agrado y que ya no quieres hacerlo

- ¿Quién te crees para decir eso?

El detective dejó sus bolsas junto a las del pelinegro mientras bajaba sus hombros, sin muchos ánimos, realmente no quería volver a pelear con el azabache, ya habían estado así durante al menos dos meses, y cada vez que se veían, terminaban heridos, ¿acaso el mafioso quería decirle algo, pero no sabía cómo?

- ¿Tuviste una mala semana? ¿Acaso soy tu saco de boxeo? Cada vez que estás estresado vienes a mi para golpearme ¡Hay otras formas de bajar el estrés! Leer un libro, cocinar, no lo sé, ¿hacer ejercicio?

El mafioso se quedó callado, escuchándolo, mientras que Rashoumon lo tomaba de la pierna, rompiendo su pantalón

- ¿Es enserio? ¡Basta, por favor! Cada vez que peleamos debo comprar más ropa ¡Mi presupuesto no da para tanto!

- ¿Me importa? Entonces quítatela

Se dió cuenta de su mala elección de palabras al ver el rostro del actual pelirosa que se llenó de color ante los pensamientos poco inocentes que se le vinieron a la cabeza. Nakajima maldijo a sus hormonas alborotadas de adolescente, siempre lo fastidiaban en el peor momento

Por la molestia, Rashoumon cortó la camisa de Atsushi mientras lo apuñalaba. Algunos botones volaron por el aire, perdiéndose en el sucio suelo. El detective no se hizo de esperar, cortando con las garras del tigre la bestia de tela

- ¡Ni siquiera me diste tiempo para-!

- Piensa rápido

El suelo se oscureció mientras varios picos comenzaron a penetrar la piel del menor, cada vez llenando más de sangre el suelo

Callejón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora