Yoongi suspiró con cansancio al sentirse dentro de la seguridad de su hogar. Los viajes desde Busan a la capital siempre le parecían cansados, pero ese en especial le había hecho dormir por todo el camino.
—Por fin —un golpe seco se dejó oír cuando se tiró sobre el sofá de la sala y un gemido gustoso abandonó su boca cuando se estiró.
Solo restaba una semana para que el proyecto empezara con sus operaciones. El próximo sábado viajaría de nuevo a Busan y seria la última vez que pisaría ese lugar, y también la última vez que podría ver a Jimin. Su corazón se apretó inevitablemente al pensar en ello, pero también se sintió en paz al saber que al menos él le había dado la oportunidad de ser escuchado después de tanto tiempo. Era necesario para poder permitirse avanzar en ese cruel camino lleno de espinas que regía se vida.
La vida avanzaba lentamente y de alguna forma todo iba acomodándose en su lugar.
Tres días después estaba dentro del consultorio de su doctora y amiga.
—¿Y entonces? —la mujer se quitó los anteojos dejándolos sobre la pequeña mesa a su lado. Su libreta de notas reposó sobre su regazo y mantuvo su vista sobre el cuerpo de su paciente.
—Es todo —dijo como respuesta—. Esta es mi última sesión.
Yoongi estaba completamente seguro de su decisión. Aquel episodio de crisis frente a Jimin había sido lo último que podía catalogar como algo “fuerte” que había vivido a raíz de sus padecimientos emocionales. Era entendible, lo había sido en su momento porque todo fue causa de un colapso que se originó al ver a Jimin después de tanto, una crisis que se originó al sentirse acorralado en su interior con tantas verdades para decir, pero que se arremolinaban dentro suyo al no ser escuchadas.
—¿Cómo te sientes ahora al haber hablado con Jimin? ¿Todo el peso de culpa se fue? ¿Estás en paz ahora?
¿Estaba en paz? La respuesta era muy obvia para Yoongi. Había pasado mucho tiempo encerrado en sus culpas y remordimientos que ya no recordaba cuando fue la última vez que apreció lo bonito que era el cielo cuando las nubes se alejaban y dejaban ver lo azul de este en todo su esplendor. O lo precioso que era el paisaje de las avenidas de la ciudad cuando se forraban de flores de cerezo. Todo en ese momento lucía lleno de vida, de color. Esa era la respuesta. Tenía paz.
—Por fin pude decirle la verdad, Ji-Sun. Cuando por fin me dio la oportunidad sentí que me libraba de un gran peso en mi pecho. Estoy en paz ahora.
—¿Y que hay de tus sentimientos? —preguntó la terapeuta—, ¿Recuerdas lo que hablamos al inicio?
—Sobre mi confusión.
—Exacto… ¿Qué puedes decirme de eso? ¿Llegaste a alguna conclusión?
Lo meditó con calma porque era un asunto importante. No había lugar para dudas dentro de su corazón. Yoongi estaba completamente seguro de lo que significaba que su corazón se agitara como desquiciado cuando veía a Jimin a la distancia. No era un adolescente para verse dudoso de ello.
Lo amaba tanto incluso después de una década.
—Tengo claros mis sentimientos hacia él —reveló con seguridad—, pero también se lo que implica que existan aún después de diez años. No somos los mismos jóvenes, Ji-Sun, somos dos adultos que se han lastimado mutuamente quizá por malos entendidos y culpa del destino.
—Lo amas —dijo la mujer. Yoongi fijó su mirada sobre la contraria, conocía esa forma de mirar; estaba tratando de hacerle desistir de esa decisión que aún no le comunicaba—. ¿Vas a continuar con tu vida así como así después de haber logrado ese objetivo que perseguiste por tanto tiempo? ¿Recuerdas cual era tu meta al principio?
—Encontrarlo —respondió Yoongi viéndola a los ojos. Su pulgar se encontraba sobre su labio inferior en un gesto inconsciente.
—¿Y después de ello? —insistió la especialista.
—Decirle la verdad y recuperarlo.
La mujer asintió conforme. Era allí donde quería y necesitaba llegar. Su labor como terapeuta quizá estaba viéndose un poco desviada al tratar de hacer que Yoongi considerara el hecho de alejarse de Jimin, pero ella deseaba verlo completamente feliz y sabía que dejar de lado la posibilidad de recuperar su amor no iba a traerle la felicidad de nuevo. Yoongi era un gran hombre que estaba dispuesto a sacrificar el inmenso amor que sentía por Jimin con tal de verlo en paz.
Ese era su gran gesto de amor.
—Le dijiste la verdad pero, ¿qué hay de recuperarlo? —Yoongi bajó la mirada unos segundos antes de responder.
—Quiero que sea feliz.
—Y piensas que contigo no será así, ¿cierto?
—¿Crees que haya algo que recuperar? Él no siente lo mismo que hace diez años, lo he lastimado mucho, ¿Qué caso tiene que intente algo si lejos de hacerlo feliz lo lastima?
Ji-Sun no conocía a Jimin, pero se sabía su historia de pies a cabeza. Ella tenía fe en que un amor así de grande no podía morir así de fácil. Culpa de los libros románticos quizá, pero algo en su interior le hacía creer que con ellos las cosas no podían terminar así.
—Bien, como dije antes, tu eres el único que puede decidir sobre tu vida. Me alegra mucho que te sientas lo suficientemente bien como para dejar de venir a verme y espero no volver a tener tu nombre en mi lista de citas, a menos que sea una invitación a comer o…
—… o una invitación al cumpleaños de la bestia —le interrumpió sonriendo—. Dile que me verá pronto, ¿si? —Ji-Sun asintió con una sonrisa decorando su rostro.
Yoongi se levantó con una gran sonrisa que hizo a su terapeuta sentirse conforme. Se permitió despedirse de ella con un cálido abrazo haciéndole la promesa de que más pronto de lo pensado tendría noticias suyas.
Cuando se llegó el sábado Jimin estaba más nervioso de lo que se permitía recordar. La invitación en su mano lograba hacer a su corazón saltar demasiado y no de una forma bonita. Necesitaba hablar con Yoongi de forma urgente pero no sabía cómo llegar a él sin verse demasiado obvio.
—No tienes porqué preocuparte de eso —habían sido las palabras de su mejor amigo cuando le contó con pesar su gran problema—. Solo quieres aclarar tus dudas, eso no tiene nada de malo y es entendible.
Pero Jimin tenía miedo. No sabía a ciencia cierta qué era lo que más le aterraba, pero comprobar de una vez por todas que había perdido tiempo valioso con quién consideraba haber sido el amor de tu vida por culpa de un mal entendido creado por una loca, ocupaba sin duda el primer lugar en su lista.
Estaba divagando y sobre pensando las cosas.
—¿Qué haces con eso en las manos de nuevo? —preguntó Taehyung al entrar a la recepción—. Pensé que ya tenías una decisión tomada. ¿Qué pasa, estás dudando?
—Cada vez dudo más de si realmente es buena idea ir —el objeto se movió siguiendo los movimientos desordenados que ejercían las manos de Jimin.
—Toma al toro por los cuernos —sugirió Tae—. Llega, cumple con tu colega y luego arrastra a Yoongi a algún lugar alejado para bombardearlo con tus dudas, pero amárralo antes por si no quiere responder.
—No creo que sea necesario amarrarlo si insistió tanto en hablar conmigo sobre todo eso que pasó.
—Si, pero teniendo en cuenta que rechazaste muchas veces su intento quizá ya no está dispuesto a hablar. Yo creo que es mejor ir prevenido.
—¿Y si me acompañas? —Tae pareció analizarlo; un evento público y elegante, comida y bebida gratis. Todo un sueño.
—Acepto, pero si se pone aburrido me largo.
—Hecho —Jimin estiró su mano hasta entrelazarla con la de su amigo sellando así un trato.💜
Adivinen quién volvió antes de lo prometido?
Es muy tarde para desear feliz navidad otra vez?Vine rápido porque mañana me largo al rancho, así que no me quise ir sin venir a dejarles un capítulo todo meco kajsjjss 😭
Adiós 🏃♀️
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Después De Ti [Yoonmin]
FanficJimin huyó a la playa para alejarse del dolor de la traición. Diez años después el causante de su dolor aparece en la puerta de su casa de huéspedes. Diez años es mucho tiempo. ¿Que podría pasar? Octubre/2022