Único

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Contenido +18
Porno sin trama, masturbación,
escenario falso.
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La brisa fresca de la noche entraba por la ventana entreabierta, el aire helado movía las delgadas cortinas, con patrones, que permitían un poco de privacidad al dueño de la pieza.

Un castaño hace presencia, tendido en la cama que se encontraba justo al centro en la habitación. Tenía ambas piernas extendidas y bien abiertas.

Sus manos delgadas y huesudas se paseaban con suavidad por su fragil y pequeño cuerpo.

Su desnudez apenas lucía, la poca luz de luna que entraba por la ventana diminuta dejaba mucho que desear. Pero eso no importaba.

Charles acarició sus pequeños senos y los atrapó entre sus finas manos para darles un apretón. Su cuerpo se estremeció de excitación.

Tanto era su anhelo de que no solo fueran sus manos quienes acariciaran su cuerpo aquella noche. Comenzó con su fantasía.

Imaginó sentirse espiado, observado por aquellos ojos negros y profundos que, según él, conocía bastante bien.
Seguramente, esos ojos lo miraban con lujuria y picardía.

fantaseaba con su amante mirándolo desde a fuera, trepado en el techo, en cuclillas fuera de su ventana.

En su fantasía, había descubierto al hombre, sorprendiendo a este justo antes de sufrir un orgasmo. Se encaminó hasta la ventana para reclamarle por su indecencia. Pudiera ser que, el español tomara postura y trataría de rogarle por perdón ante su descaro.

No tomando en cuenta la erección marcada en sus pantalones, y una pequeña mancha brillante de humedad en la punta del bulto.

Dios santo.

Leclerc mordió su labio inferior, emocionado ante la imagen mental más clara que tuvo sobre Carlos Sainz Jr, con su muy gruesa polla bien marcada en los pantalones y una mancha de humedad por pre-semen ligeramente visible.

El jovén lo tomaría por los hombros y lo obligaría a entrar en la habitación. Charles lo arrastraría hasta la cama y lo sentaría ahí. Se inclinaría hasta la mancha húmeda de los pantalones y lamería la zona.

Ya escuchaba a Carlos jadear ante eso, con sus ojos entrecerrados. Aturdido y tentado.

El monegasco abrió los ojos con pesadez, saliendo de su fantasía. Se levantó de la cama y rápidamente sacó de un cajón, bien escondido en el piso de su armario, un dildo rosado de muy buen tamaño.

Lo colocó entre las almohadas y cojines de la cama, enrolló un par de colchas y simuló como si fueran unas piernas. Unas piernas muy malditamente blandas a como imaginaba serían los verdaderos grandes y jugosos muslos musculosos del piloto.

Charles volvió a imaginar, miró muy vivida la imagen de madrileño frente a él. Su mirada nublada y su rostro sudoroso por el aumento de temperatura acorde la situación.

Su amante seguramente estaría gustoso de tenerlo entre las piernas, con la cabeza recostada en su muslo. Olfateando seguramente la loción a masculinidad que naturalmente solo un hombre como Carlos podría desprender.

El castaño miró aquellos oscuros ojos imaginarios y acercó su lengua para lamer la punta rosada del dildo.

Su lengua recorrió desde la cabeza hasta lo más bajo del falo de silicona. Hubiera amado chupar el real.

En su imaginación, aquel artefacto de silicona era caliente, venoso, y de color moreno con la punta ligeramente carmín. Jadeó ante el simple pensamiento.

El chico lamió el pene falso como todo un profesional. Lo hizo hasta que decidió que el juguete ya estaba bien mojado, lo suficiente para meterlo dentro de sí mismo.

Atrapó el pene falso entre su mano y velozmente se tendió en la cama. El cuerpo caliente y pesado de su acompañante se hizo presente en su imaginación. La temperatura de su cuerpo subió ante el pensamiento.

Su mano libre se dirigió hasta su polla erecta y comenzó a masturbarse lentamente, simulando un castigo de su español imaginario.

Gemía ante sus propios toques y luchaba contra el impulso de volver el vaivén más rápido, más violento.

"Por favor, más. Por favor".

Chilló a su fantasía. Acercó a su amigo de silicona hasta su agujero y lentamente lo metió.

Su ficción le gimió en el oido, con su aliento caliente haciéndolo erizar y tiritar.

El dildo entró completamente en él. Contuvo el aliento un momento cuando volvió a sacarlo hasta la mitad y lo introdujo nuevamente de golpe, haciéndolo gritar de placer.

Los movimientos se repiten, el mete-saca programado en los movimientos que su manos daba al dildo eran veloces y despiadados contra su próstata.

El monegasco piensa en el español, este le susurra palabras bonitas en su lengua materna.

El agarre imaginario en la estrecha cintura de Charles se vuelve más fuerte. Sus ojos de ponen en blanco por el placer y la atención en su pene se vuelve bestial.

La polla falsa lo cogía tan salvaje y el vaivén en su pene era potente. Ahora fantaseaba no solo con Carlos, sino también, con una perfecta noche estrellada.

Sus gritos placenteros se basaban en "¡Oh Carlos, tan bueno!", "¡Oh si, así!" o "¡Justo ahí, Carlos!".

El mete y saca del dildo no duró más que unos 20 minutos cuando, el castaño sintió sus bolas vaciarse sobre su abdomen. Un grito de éxtasis escapó de su garganta.

Con el juguete aún dentro de él, golpeó su próstata un par de veces más. Su mirada se oscureció y la poca luz de luna desapareció por un momento.

Tiró largos chorros blancos durante algunos segundos, manchando sus impecables sábanas suaves. Jaló con fuerza de una almohada desparramada por ahí en la cama y la colocó bajo su nuca antes de descansar los ojos.

Su mejilla estaba mojaba por la saliva que había producido y simplemente había dejado escapar.

Sacó el dildo de su interior, acompañado con un gemido. Su deliciosa fantasía había terminado.

Su cuerpo tembloroso reposó algunos minutos sobre la cama sucia y luego se sentó lentamente. Suspirando se levantó de la cama y aún con las piernas temblorosas comenzó a limpiar el desastre que había hecho.

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Es corto y lamento si no está bien escrito, es de las primeras veces que escribo una masturbación en solitario. Espero les guste y ojalá podamos leernos de nuevo pronto.

- zorroleclerc

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