Capitulo 2

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NARRA IRENE

Estaba tan tranquila durmiendo hasta que Narel abre la puerta del cuarto de golpe.

-Irenita - me dice - arriba que tenemos que ir a comprar, decorar las habitaciones y más cosas.

-No me llames Irenita - le dije - pretendes que vaya a las 9 de la mañana a comprar y a decorar la habitación, tu flipas.

-Venga - dice tirando de mi - es que son muchas cosas que hacer en tan poco tiempo.

-Esta bien - dije levantándome - mínimo deja que desayune.

-Es que no hay nada para desayunar - dijo.

Resoplé y me vesti con un top negro y un peto blanco corto con las Adidas.

Cogí el teléfono y las gafas de sol y salimos hacia el ascensor.

-Te voy a llevar a una cafetería que te va a encantar - dice.

-Mientras pueda comer - le dije.

Estuvimos andando un rato mientras me contaba cosas de la ciudad.

-Es bonita - dije entrando.

-Te lo dije - salta riendo.

Y de repente deja de reírse.

-¿Que pasa? - dije riendo por su cara.

-Mira a tu izquierda - me señala - pero no mires.

Ahí sí que no la entendí nada.

-¿Cómo?

-Mira de reojo coño - se desespera.

Le hago caso y me queda estática en ese precio instante, Fermín estaba ahí y con una tía más fea que su puta madre.

-¿Estás bien? - me pregunta.

-Fermin - dije solo - y con una tía que tiene pinta de puta

En eso último se hecho a reír.

-Tienes razón - me apoya - ve y pídele una foto.

-Estas de coña, no pienso molestarlo.

-Tienes la oportunidad y no lo haces - me echa en cara.

-Esta en su tiempo de descanso - le dije - no voy a ir a molestarlo ni a interrumpirlo.

Seguimos un rato más discutiendo, hasta que se acercó una camarera a tomar nota.

-Hola - dijo con una sonrisa más falsa - ¿Que queréis?

-2 cola caos - dijo Narel - y dos tostadas de aceite.

-Ahora se los traigo - dice y se va a atender a Fermín.

Estábamos observando el panorama y justo el se levanta para ir al baño.

La chica se debio de dar cuenta de que la estábamos mirando, porque venía hacia nosotras.

-Escucharme envidiosas - empieza a decirnos - dejar de mirar a mi novio, porque se nota que me tenéis envidia.

-Claro - dije irónicamente - porque lo último que necesitábamos era envidiar a una tía con más operaciones estéticas que la Kim Kardashian.

-Retira eso o verás - dijo enfadada.

-¿Quién verá el que cariño? - escuchamos a Fermín detrás de el.

Se quedó callada y nerviosa, igual que nosotras.

-Vera el bote de sal en su café - dijo Narel rápido.

-No entendi - dijo el.

-Iba echarle sal al café - me meti.

¿ellos o nosotras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora