NARRA IRENE
Estaba tan tranquila durmiendo hasta que Narel abre la puerta del cuarto de golpe.
-Irenita - me dice - arriba que tenemos que ir a comprar, decorar las habitaciones y más cosas.
-No me llames Irenita - le dije - pretendes que vaya a las 9 de la mañana a comprar y a decorar la habitación, tu flipas.
-Venga - dice tirando de mi - es que son muchas cosas que hacer en tan poco tiempo.
-Esta bien - dije levantándome - mínimo deja que desayune.
-Es que no hay nada para desayunar - dijo.
Resoplé y me vesti con un top negro y un peto blanco corto con las Adidas.
Cogí el teléfono y las gafas de sol y salimos hacia el ascensor.
-Te voy a llevar a una cafetería que te va a encantar - dice.
-Mientras pueda comer - le dije.
Estuvimos andando un rato mientras me contaba cosas de la ciudad.
-Es bonita - dije entrando.
-Te lo dije - salta riendo.
Y de repente deja de reírse.
-¿Que pasa? - dije riendo por su cara.
-Mira a tu izquierda - me señala - pero no mires.
Ahí sí que no la entendí nada.
-¿Cómo?
-Mira de reojo coño - se desespera.
Le hago caso y me queda estática en ese precio instante, Fermín estaba ahí y con una tía más fea que su puta madre.
-¿Estás bien? - me pregunta.
-Fermin - dije solo - y con una tía que tiene pinta de puta
En eso último se hecho a reír.
-Tienes razón - me apoya - ve y pídele una foto.
-Estas de coña, no pienso molestarlo.
-Tienes la oportunidad y no lo haces - me echa en cara.
-Esta en su tiempo de descanso - le dije - no voy a ir a molestarlo ni a interrumpirlo.
Seguimos un rato más discutiendo, hasta que se acercó una camarera a tomar nota.
-Hola - dijo con una sonrisa más falsa - ¿Que queréis?
-2 cola caos - dijo Narel - y dos tostadas de aceite.
-Ahora se los traigo - dice y se va a atender a Fermín.
Estábamos observando el panorama y justo el se levanta para ir al baño.
La chica se debio de dar cuenta de que la estábamos mirando, porque venía hacia nosotras.
-Escucharme envidiosas - empieza a decirnos - dejar de mirar a mi novio, porque se nota que me tenéis envidia.
-Claro - dije irónicamente - porque lo último que necesitábamos era envidiar a una tía con más operaciones estéticas que la Kim Kardashian.
-Retira eso o verás - dijo enfadada.
-¿Quién verá el que cariño? - escuchamos a Fermín detrás de el.
Se quedó callada y nerviosa, igual que nosotras.
-Vera el bote de sal en su café - dijo Narel rápido.
-No entendi - dijo el.
-Iba echarle sal al café - me meti.
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¿ellos o nosotras?
Hayran KurguNarel e Irene dos chicas una de Granada y otra de Canarias, se conocieron un día en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, a una le gusta Fermín y a la otra Gavi ¿serán capaces de conquistarlos? Y lo más importante ¿seguirán siendo amigas aunque se tuerza...