Mariposas

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Satoru se siente un poco cansado, lejos de ser por las misiones, las batallas o los niños, lo que realmente está agotado es su mente. ¿Hacia cuanto que su mente no tenía un poco de paz? Diablos fue hace mucho. Sin embargo su cancancio no se debe a muchos pensamientos, sino a sus sentimientos y todos los cambios que estos han generado. Después de semanas de pensar y hablarlo largo y tendido con Shoko, ambos habían llegado a la conclusión que el definitivamente gustaba de ella. Estuvo varias semanas en negación y también alejado de ella, verla no le ayudaría en nada a sus pensamientos. Finalmente hoy había aceptado ese hecho y con eso en mente fijamente había dejado de huir de ella. Volvió a Japón después de 3 semanas, es de tarde y el sol está a punto de esconderse. Cuando entra a la pastelería mira que no hay clientes, la empleada de TN esta limpiando las mesas, mientras que en una mesa al fondo, pegada al ventanal de la calle se encuentra ella, con su cabello cobrizo brillando con más fuerza gracias a los rayos naranjas del sol, una camisa verde que resalta su piel, sus ojos. Ella se encuentra mirando un cuaderno, con mucha concentración. Megumi la mira con expectativa y emoción. La chica suspira y finalmente asiente.

-. Todo está bien. Eres muy listo Megumi chan. - dice ella con una sonrisa. El niño se sonroja pero sonríe dulcemente.

-. Gracias! Me esforcé mucho. - dice el niño con una sonrisa. Ella asiente con emoción.

-. Se nota Megumi...

-. ¡Satoru San! -la niña salta a sus brazos, el la toma y abraza con cariño, aquello había llamado la atención de los otros dos. TN se levantó de la mesa con una sonrisa al igual que el niño, ambos se acercaron caminando normalmente, pero Satoru y su ansiedad sintieron que fueron horas las que estuvo esperándole. El solo podía ver cómo su cabello se movía con el viento lentamente, como sonreía, tan perfecta y jodidamente molesta como solo ella podía serlo. Se sintió tremendamente cautivado por ella, por el movimiento de sus caderas al caminar y por su suave piel brillante. Ella se acercó a el y con una sonrisa beso su mejilla. Satoru nunca en su vida se sonrojo por ninguna mujer, pero sintió sus mejillas encenderse y su corazón arder con aquella muestra de cariño. No pudo ocultarlo ante las miradas curiosas de los niños y los ojos amables de TN. El sonrió avergonzado. Ella tomo de su mano con suavidad y lo lleva a sentarse en la mesa, la niña rápidamente se sienta a su lado con una sonrisa y el niño al lado de la chica.

-. Estaba pensando que podríamos salir hoy al parque de diversiones. - dice ella, el se sorprende al escucharla.

-. ¿En serio? - cuestiona el. Ella asiente.

-. Le había dicho a los niños que cuando usted regresara podríamos salir los cuatro. - dice ella con una sonrisa. Una parte de el se decepcionó; había pensado que ella lo estaba invitando a una cita, cosa que obviamente no es así.

-. Si... Claro. - dijo en un tono no tan animado, ella le miro con curiosidad.

-. Pero si usted se siente cansado del viaje podríamos hacerlo otro...

-. No. Digo, me encantaria que nos diviertieramos un poco. - dijo el peliblanco ahora con una gran sonrisa. La sonrisa de la chica se hizo más grande y asintió con emoción.

-. ¡Bien! Entonces niños, terminemos la tarea para ir más rápido. - dice ella con una sonrisa. Ambos niños asienten sonrientes.

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Megumi camina al lado del peliblanco, quien parece demasiado pensativo, ambas mujeres habían ido a comprar manzanas acarameladas. El niño se detuvo al tiempo que el también lo hacía y ambos se vieron con curiosidad.

-. Estás actuando raro. - le dice el niño. El adulto solo lo mira con sorpresa.  Evalúa al niño con la mirada y sonríe.

-. Tu también. - le responde. El niño se sonroja y aparta la mirada.

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