Nancy se zafó del suave agarre del hombre y se giró para verlo y asegurarse que no se trataba de su imaginación haciendo de las suyas. En cuanto vio esa mirada entre azulada y verdosa y esa sonrisa tan encantadora, no aguantó más y saltó sobre él, abrazándolo con todas sus fuerzas mientras sentía la necesidad de echarse a llorar.
No comprendía lo que le sucedía y por qué estaba tan sentimental, pero verlo ante ella le generaba cientos de sentimientos encontrados.
Mason, por su parte, estrechó con fuerza a la joven entre sus brazos y aspiró el aroma de su perfume, sintiendo paz en su alma.
Todas las dudas que sentía en su corazón se esfumaron de la nada ante tal recibimiento, en especial, cuando ella se levantó en sus propios pies y lo besó con tanta ternura y extrañeza, abrazándolo y acercándolo a su cuerpo lo que más podía.
Las manos del hombre vagaron por su espalda hasta su cabello y profundizó un beso que en cuestión de segundos se volvió intenso y apasionado. Se besaban con la urgencia viva de mermar el miedo y las dudas que había en sus corazones.
La estrechó más fuerte entre sus brazos y acarició avivadamente sus labios con los suyos, robando todo el aire de sus pulmones y despertando de aquel letargo en el que había estado por tantos días.
Allí, unidos en un firme abrazo y besándose como si el mundo se fuese a acabar, Mason no pudo sentir más que la más grandes de las felicidades. Se dio cuenta de que Nancy era su lugar, aquel refugio hermoso que lo abrigaba y le hacía olvidar del mundo entero, de sus problemas y de sus dolencias. Aferrado a ella, se dio cuenta de que no quería soltarla nunca más.
Se sentía temeroso de que ella ya no sintiera nada por él y que lo hubiera olvidado tan pronto, pero esa reacción y su recibimiento le había asegurado lo contrario.
—¡¿Qué están haciendo, niños!? —Carla los hizo separar a la fuerza, por lo que solo se quedaron abrazados y con la respiración agitada mientras se veían a los ojos—. No están solos por si lo olvidaron, así que les pedimos que no se den tantas muestras de afecto.
Carla y su novio rieron al ver a la pareja inmóvil, pero sin separarse ni un poco. Roque se llevó a su novia de nuevo a la sala y la besó como tanto lo quería, dándole privacidad a la pareja.
—Volviste —susurró Nancy, sin apartar la mirada de esos ojos tan bonitos y hechizantes.
—¿Acaso creías que no iba a volver? —inquirió y ella sacudió la cabeza esbozando una sonrisa—. ¿Cómo pretendes que voy a dejarte en manos de otros, mi amor?
—Igual no tienes que preocuparte por eso, porque en mi corazón solo existes tú.
Satisfecho con sus palabras, Mason volvió a besar a su novia, embriagado por la dulzura de sus labios.
—Ven, vayamos a caminar un poco, ¿sí? —le dijo ella en cuanto se separaron y él asintió.
La madre de Carla volvió a la cocina y Nancy le presentó a su novio, antes de decirle que saldría un rato. La mujer no se opuso, después de todo, la chica se veía feliz. Había un brillo diferente en su mirada y no era otro que el del amor.
La pareja caminó hasta el lago tomados de las manos sin decirse nada, solo sintiendo la presencia del otro, como tratando de asimilar que estaban juntos y que no solo se trataba de un bello espejismo.
Tan pronto llegaron, Mason rodeó a su novia por la cintura y se apoderó una vez más de sus labios, caminando hacia atrás hasta chocar con un árbol.
Una risita salió de los labios de la joven y lo miró a los ojos, sin poder creer que estaba tan cerca de ella.
—Pensé que debía esperar más tiempo para verte —dijo al fin—, pero soy tan feliz al saber que estás bien y que estás aquí conmigo.
—Es muy pronto, pero tú eres mi vida, Nancy —le acarició la mejilla con suavidad y extrema ternura, sintiendo la yema de sus deseos arder sobre la piel de su novia—. Debo confesar que sentí miedo. Creí que ya te había perdido.
—Eso jamás —le aseguró con seriedad—. Lo que sucedió hace días solo se trató de un malentendido de un hombre que creí era mi amigo.
—¿El tal Trevor? —soltó con amargura y debía admitir que celos—. Bueno, ese tal amigo tuyo necesita hacer mucho más para alejarme de ti.
—No necesita hacer nada porque no pienso alejarme de ti por nada del mundo. Trevor era mi amigo, pero perdió toda mi confianza y mi amistad con lo que hizo. Nunca debió tomar mi teléfono y negarme a ti, mucho menos besarme como si con eso...
—¿Ese cretino te besó?
Ya no eran solo celos lo que sentía Mason bullir en su interior, sino una inmensa furia. ¿Quién era ese cretino y por qué se había atrevido a tocar a su novia? Si tan solo supiera quién era, iría hasta él y le rompería cada uno de sus huesos sin piedad alguna por tocar a su mujer.
Al caer en cuenta del error que había cometido al decir de más, Nancy no supo qué más decir de momento. Pero se dijo a sí misma que no le iba a ocultar nada a Mason, después de todo, ese beso no había significado nada para ella.
—Sí, pero ese beso no significó nada para mí. Le dejé en claro que tú eres mi novio y que solo te amo a ti. No sé qué películas se hizo en la cabeza conmigo, pero desde que tú apareciste en mi vida y te calaste en lo más hondo de mi corazón, no hay otro hombre por el cual mi mente y mi corazón se desvelen.
Sin poder contener la emoción que esas palabras causaron en su interior, Mason se aferró de su cintura y la besó con total pasión y locura, sintiendo que su corazón saldría expulsado de su pecho en cualquier instante.
—¿Me amas? —susurró sobre sus labios y el rostro de la chica enrojeció.
—Como no puedes imaginarlo, mi amor.
Unieron sus labios en un beso más lento y profundo y Mason no dudó ni un segundo en decirle que también la amaba y que no dejó de pensarla ni un solo instante que estuvo tan lejos de ella.
El corazón de Nancy latía con fuerza y lleno de emoción. Toda esa tristeza que sintió al estar lejos del hombre que amaba había valido la pena ahora que él había regresado con ella.
—¿Sabes? —se apartó un poco de la joven, pero no tanto, por lo cual sus labios se rozaron y sus alientos se mezclaron—. Pedí mis vacaciones y ahora tengo tres meses libres para dedicártelos de lleno a ti a mi familia. ¿Y sabes qué? No dejaré de amarte ni un solo día —la miró a los ojos y pellizcó su cintura, haciendo que ella mordiera sus labios—. Erradicaré a todo aquel cretino que quiera pasarse de listo y trate de acercarse a mi mujer.
—Deseémosle suerte, porque difícilmente podrán arrancarte de mi corazón.
—Estás siendo muy directa —dijo el hombre, succionando el labio inferior de su novia—. Y eso me encanta.
Se besaron una vez más, pero pronto tuvieron que separarse y volver a la casa. Mason quería hacerle el amor de todas las formas que existieran allí mismo, pero debía esperar. Además, tendría tres meses enteros para perderse en esa piel canela que tanto le fascinaba acariciar con sus manos y sus labios.
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Cuando Vuelvas Conmigo[✓]
RomanceEl amor llega a la vida de Nancy cuando menos se lo esperaba, haciéndola vivir un sentimiento que jamás se imaginó que sería tan bonito, fuerte y real. Pero la realidad de una vida riesgosa y complicada hará que ese amor tan anhelado se convierta en...