One piece - El Viaje de un Rey ✔️

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de One Piece

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Capítulo 13

"¡Hahahah~!" Una risa ruidosa y bulliciosa reverberó en la enorme sala dentro de los mil soles.

Una de las MUCHAS nuevas habitaciones expandidas por el poder de su Devil-Fruit. alimentado por la imaginación de Luffy.

Era la habitación de su nueva compañera de tripulación, la princesa Shirahoshi. Así, se amplió a un tamaño gigante, permitiendo a la enorme sirena disfrutar de su tamaño natural incluso en. un barco en el que normalmente nunca cabría.

La sirena gigante estaba arrodillada, acurrucada sobre su cola, mientras un igualmente enorme Monkey D Luffy estaba de pie frente a ella, crecido a tamaño gigante con su poder Devil-Fruit.

La princesa Shirahoshi tenía los ojos vidriosos, mientras acercaba sus dulces y tiernos labios a su polla de tamaño gigante.

"¡Mwuah~~! Luffy~!" murmuró Shirahoshi mientras se perdía, besando y chupando suavemente el eje palpitante de Luffy. Tenía los labios húmedos mientras le untaba la polla en su saliva con una lengua ansiosa y babeante.

Él le acarició el pelo, sonriendo al verla sorber su polla casi obsesivamente, completamente inmersa en una mamada lenta y sensual.

"¡Oh, tío!" Sonrió, echando la cabeza hacia atrás, "¡Eso sienta muy bien...! Pero puedes hacerlo mejor, Shirahoshi".

"¡Glllck..!" Sus ojos se abrieron de par en par cuando la gruesa y palpitante carne de su polla se introdujo en su gaznate, deslizándose por el estrecho túnel de su garganta.

"¡Glllck..! ¡Glllck.! ¡Glllck..!"

Luffy le folló la garganta sin piedad, metiendo las caderas en su boca hasta que pudo sentir la suavidad de sus labios de melocotón besándole la ingle. Su sonrisa se ensanchó al ver cómo los ojos de ella se volvían enormes y empezaban a humedecerse por el tratamiento más duro de su pobre garganta. Aun así, ella tenía una mirada vidriosa de excitación en los ojos y sorbía la polla con avidez.

"¡Eso es Luffy...! ¡Fóllate su preciosa cara!"

Se oyó un grito de sorpresa desde abajo.

Debajo de la gigantesca pareja que disfrutaba del sexo oral, se había reunido un pequeño grupo de chicas de tamaño normal. Nami estaba al frente, gritándoles guarradas, de puntillas, mientras las animaba a practicar sexo más sucio. Detrás de ella, a bastante distancia, Nojiko, Koala, Vivi y Marguerite observaban con los ojos muy abiertos.

Todas tenían la mirada fija en el enorme tamaño de la polla palpitante de Luffy. El tronco era más grande y grueso que sus cuerpos enteros, y sus pesados testículos parecían más grandes que un velero entero.

Por fin, la sucia chica de pelo naranja obtuvo el premio que esperaba ansiosamente. Cuando la virginidad de Shirahoshi fue tomada por el enorme mástil de Luffy, Nami tenía una GRAN pregunta en su mente. Ahora estaba a punto de obtener su respuesta.

Todas las mujeres reunidas observaron cómo aquellos enormes testículos bombeaban esperma con tanta fuerza que podían OÍR el semen que se agitaba en su interior. Entonces, el tubo gigante de la polla de Luffy empezó a bombear su enorme carga.

Shirahoshi chilló al recibir el primer chorro de semen. Le salpicó la cara, cubriéndole los ojos, las mejillas y los labios. Chilló y soltó una risita, levantando automáticamente una mano para impedir que la golpeara una y otra vez.

Y como resultado... litros de la gigantesca corrida de Luffy llovieron desde arriba.

La mayoría de las chicas se libraron de la zona de salpicaduras... pero Nami no.

En su lugar, tenía un brillo pervertido en los ojos, ¡y corrió hacia delante!

"¡Nami...! ¿Hablas en serio?" jadeó Vivi, llevándose una mano a la boca.

"Dios mío..." Koala se quedó boquiabierto con los ojos muy abiertos y las mejillas sonrosadas.

"Mmm..." Nojiko observó con ojos sin pestañear.

Nami se quitó la parte de arriba del bikini, se corrió con el pecho desnudo y los brazos en alto mientras el semen de Luffy le llovía encima. Salpicó ruidosamente por todo el suelo, inundando las tablas con cremosa semilla blanca.

En un instante, Nami quedó empapada de pies a cabeza. Su piel flexible y delicada estaba pintada de blanco puro con la pegajosa semilla de Luffy, que se adhería a ella como pintura corporal.

Soltó una risita de perverso deleite, obligada a agachar la cabeza mientras su boca se llenaba en un santiamén y seguía lloviendo sobre ella.

"¡Oh, joder!" Nami se sentía como en una ducha caliente y espesa, empapada en una crema espesa y de olor intenso.

Al final, se reía como una loca, tragando semen a grandes tragos mientras se lo quitaba de los ojos para poder ver.

"Dios mío... Nami...". Nojiko sacudió la cabeza. Por un lado, estaba a punto de exasperarse con el comportamiento de su hermana... por el otro, estaba excitada y se preguntaba cómo sería una ducha corporal de semen fresco y caliente.

Nami giró la cabeza, sonriéndoles con los labios blancos y pegajosos. Luego se dedicó a lamérselos y a gemir lascivamente: "¡Dios! ¡El semen de Luffy es lo mejor!" Dijo, gimiendo erótica y dramáticamente mientras seguía limpiándose con los dedos y la lengua.

Entonces, cuando las chicas bajaron la guardia... ¡se abalanzó sobre ellas!

"¡Pruébenlo!" Cacareó, con los pies descalzos casi resbalando sobre el semen.

"¡No te atrevas...!" Vivi chilló y huyó de la habitación.

"¡N-no en mi jersey! R-robin me compró esto..!" Koala estaba justo detrás de Vivi... y poco después delante de la princesa más lenta. Pasó por delante de la princesa de pelo azul en un movimiento borroso.

"¡H-hey!" chilló Vivi.

Por suerte, Vivi no tenía que correr más rápido que Koala... porque le había sacado ventaja a Nojiko.

"¡N-Nami...!"

"¡Venga hermana...!"

La chica de pelo naranja y cubierta de semen se abalanzó sobre su hermana, abordándola con un sonido húmedo y pegajoso.

"¡N-Nami..!" Nojiko enmudeció cuando la lengua golosa y untada de semen de Nami se deslizó en su boca. Entonces los ojos de Nojiko cayeron en una neblina de lujuria, agarró las tetas blancas empapadas de su hermana y comenzó a besarla apasionadamente, intercambiando semen en una lasciva danza de lenguas.

Pronto las dos estaban deslizando sus cuerpos una contra la otra hasta que ambas quedaron hechas un lío caliente y pegajoso.

¿Y Shirahoshi? Estaba abrumada por Luffy y se había montado en la cama. Pronto, un nuevo RÍO de semen brotaría de su coño de sirena, como un arroyo de montaña, bañando a las zafias hermanas de abajo.

Una vez más, los encuentros lascivos en el barco habían tomado una nueva forma.