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Pude soportar el sabor de los besos, al fin y al cabo, Tyler siempre me besa después de sus dulces meriendas, así que es más sencillo callar y tragar todos esos movimientos con sus labios, lengua y mano. Es soportable y tiene razón, poco a poco me estoy acostumbrando, pero... el sabor amargo de lo otro. No es un sabor real, él, su piel, su... él no sabía a nada, solo tenía un leve aroma a jabón, pero noto la lengua amarga, la garganta ardiendo.
Ayer no pude dormir, tuve pesadillas... en ellas me ahogo, quiero respirar o gritar y abro la boca grande, pero algo me obstruye. Tentáculos empapados en aceite me obligan a abrir la boca, se deslizan por mi lengua, me llenan las mejillas, y se derraman en mi estómago. Me revuelven los intestinos. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué mi cuerpo no funciona como debe? ¿Por qué soy tan inútil?
Es como si estuviese hecho para no soportar el amor, para no merecerlo. Pero le quiero, quiero tanto a Tyler y él es tan bueno conmigo. Me acarició el pelo mientras yo hacía aquello, hundía sus dedos en él y las yemas me recorrían la cabeza mientras me llamaba buen chico. Y, al final, él lucía tan feliz y satisfecho, me dijo que había sido fantástico, me abrazó y me siguió acariciando la cabeza. Él es tan bueno ¿Por qué yo tengo que estar estropeado?
Mis compañeros de clase hablan de estas cosas. Hablan de besos de tornillo y de mamadas, lo han visto en videos pornográficos. Hablan de moler sus penes con la mano hasta que terminan, comparten experiencias. Ríen, suspiran con anhelo. Les gusta hacerlo y lo comparten entre ellos, como cuando hablan de sus comidas favoritas o la serie que dan en la televisión por las tardes.
Esas cosas son normales. Tyler no hace nada malo, es normal, es normal. El problema soy yo. El problema es mi cuerpo, que se siente mal por nada ¿Por qué soy así?
¿Por qué?
—¿Por qué? —me pregunto a mí mismo, mirándome en el espejo del ascensor.
Y mi reflejo no responde, solo traga saliva y tiene un aspecto horrible. Veo el reflejo de la puerta atrás mío abrirse y, al fondo, la figura de la persona a la que más quiero en el mundo. Ando hacia Tyler arrastrando los pies y con la vista baja y al llegar a su lado él pone una mano en su nuca y me atrae hacia su pecho.
—Tus padres me han dicho que has estado malito este fin de semana ¿Qué sucede? —pregunta con preocupación, poniéndome una mano en la frente, usando la otra para abrir la puerta de casa.
Ambos entramos en silencio y una vez oigo como echa la llave me hundo en su ropa con aroma a jabón y lo rodeo con mis brazos.
—Por la noche vomitaba, pero ya da igual —murmuro encogiéndome de hombros —, si estás tú aquí está bien ¿Me abrazas? —pido, achuchándolo un poco y restregando mis mejillas en su pecho. Le necesito, necesito a mi Ty de siempre —Solo abrazos, por favor. —pido, un poco avergonzado.
—Claro, mi niño, y yo siempre estaré cuando estés mal... —me dice de vuelta, rodeándome tan fuerte y firme que lo siguiente que sé es que mis pies no tocan el suelo.
Me agarro fuerte, quedándome en ese hermoso abrazo que me hace volar, y de pronto ambos caemos sobre el mullido sofá. Tyler me pone sobre su regazo y yo quiero salir, porque así empiezan los besos y las cosas que van más allá. Pero hoy solo me besa la frente y me masajea la espalda. Sus manos no se hunden bajo la ropa, la única piel desnuda que tocan es la de mis mejillas y me gustaría que fuese la única siempre.
Tengo ganas de llorar ¿Por qué no puedo desear más? ¿Desearle cómo debería?
—Oye, Tyler... —lo llamo, mi voz bajita, pero mis pensamientos tan fuertes— ¿Tú seguirías queriéndome si estuviese roto? Si... siempre estuviese enfermo o no pudiese moverme o no tuviese un brazo o algo así...
—Claro —dice, como la cosa más obvia del mundo, y el alivio que siento es inmediato —, tú no estás discapacitado, pero eres torpe y muy joven y no puedes hacer muchas cosas, así que haría lo mismo que hago ahora por ti: cuidarte. Mientras tú me sigas queriendo cerca, yo seguiré cuidando de ti.
—Gracias —apenas oigo mi propia voz —, a veces creo que la gente dejará de quererme si no sé hacer cosas. Últimamente no sé sacar buenas notas y mis padres me riñen mucho, creo que no me quieren. Yo solo... —hipeo, el llanto viniendo a mí de nuevo. Y estoy tan frustrado que quiero golpear algo, porque las emociones son demasiado fuertes y yo demasiado débil y odio eso de mí —solo sacaba buenas notas para tenerlos contentos, no es como si me importase ser el mejor de la clase, pero ahora están tan decepcionados. No sé qué hacer, realmente quiero que estén orgullosos, son mis padres, pero me quedo dormido estudiando y luego no duermo por la noche, intento memorizar, pero todo está borroso y extraño y me sudan las manos. No entiendo nada.
—No, no y no —reprende Tyler con el ceño fruncido, pero una mueca graciosa y amigable en la mano. Por cada negación, me da un golpecito en la nariz con el índice y luego dice: —No necesitas buenas notas para tener valor, Ángel, incluso si ellos no lo aprecian eres un chico increíble. Eres tan adorable, tan hermoso y bueno... cuando vivamos juntos me aseguraré de que oigas eso de mis labios después de venir de clase.
—Cuando vivamos juntos... —digo despacio, porque cuando uno les pone voz, los pensamientos inseguros suenan un poco más reales. Al decirlo, empiezo a pensar en ese momento, imagino una casa en el campo llena de perritos, una casa que siempre olerá a la deliciosa comida de Ángel y en la que nunca estaré solo —¿Algún día pasará?
—Puedes emanciparte a los dieciséis y yo puedo trabajar para mantenerte, lo sabes. —dice él como si nada. Yo alzo mis cejas, casi esperando a que ría y me diga que es una broma.
—Es... es muy pronto para irse de casa ¿no? —respondo inseguro. Me imagino haciendo las maletas y yéndome y mi estómago se revuelve con mariposas y miedo; el mundo adulto luce tan grande y... aterrador.
—Te estarías yendo conmigo, no hay nada de qué preocuparse. Imagínalo, no tendrías que agobiarte por tener las mejores notas ni que estar esperando a que ellos te griten si no están orgullos... no tendrías que hacer nada, realmente, incluso si no quisieras trabajas o limpiar o cocinar. De esas cosas me encargaría yo, yo te cuidaría y lo único que deberías hacer es quedarte a mi lado y quererme.
Mis ojos se llenan de lágrimas. No más gritos por suspender. No más comer solo en los recreos. No más sentirme mal y como si fuese la última persona en el mundo.
—Y... yo... te quiero tanto.
—Quédate a mi lado —dice Ty con la voz más bonita y más dulce del mundo. Me mira directamente a los ojos y cuando veo los suyos, tan brillantes, tan hermosos, tan felices, sé que son lo que quiero ver al despertar por el resto de mi vida —, haz ese futuro feliz realidad, Ángel.
—Haré lo que sea.
Fin del cap ¿Qué os ha parecido?
¿Qué pensáis de la relación tan ambigua que tienen Ángel chikito y Tyler?
Aprovecho este cap para recordaros que en muchos casos donde un menor/niño está siendo abusado por un adulto, ese abuso no siempre luce violento u obvio y muchas de las cosas que hace ese adulto para ganarse la confianza del niño pueden ser percibidas hasta como amorosas y amables, como Tyler diciéndole a Ángel que sus notas no importan y haciéndole sentir valioso y querido. Esta clase de temas sensibles son muy difíciles de identificar en la vida real, así que, si podéis, estad siempre atentos a las personitas vulnerables de su vuestro alrededor y ayudadles al más mínimo signo alarmante.
Gracias por leer <3
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El niñero (Yaoi) [EN AMAZON]
RomanceTyler tiene una vida tranquila, no hay grandes preocupaciones que lo mantengan en vilo por las noches, ni siquiera le da gran importancia a tener una laguna en su memoria que le ha hecho olvidar su adolescencia. Un día descubre que durante esos años...