28. I don't wanna miss you like this

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Aquí estaba de nuevo, rogando que este plan funcionara. Kristen prometió guardar mi secreto, y confío en ella; no creo que me traicione de esta manera. Además ellos no sabían la razón del exilio de Travis, supongo que él aún no les comentaba sobre lo que ocurrió en mi ausencia.

Esta vez vine sola, sin escoltas, y claro sin pelucas. Arriesgándome para recuperar mi vida. Travis era el amor de mi existencia, y no podía permitir que se fuera para siempre.

Con la esperanza de volver a la realidad antes de cometer mi error.

Conduje con precaución, intentando pasar desapercibida en cada semáforo, nerviosa por lo que podría suceder hoy.

Kristen me proporcionó la dirección donde Travis se refugiaba en uno de sus departamentos. Agradecí la información; recordé que él me había hablado de sus propiedades, pero nunca mencionó que estaban en Kansas. Si lo hubiera sabido, lo habría buscado aquí desde el principio.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras me acercaba al edificio de apartamentos. Había estado pensando en este momento durante días. Finalmente, había llegado la hora de enfrentar las consecuencias de mis actos.

Estacioné el auto a una distancia prudente y bajé la visera. Me miré en el espejo retrovisor y me aseguré de qué nadie me hubiera seguido. No quería alertar a Travis con mi presencia.

Salí del auto y caminé hacia el edificio, cada paso resonando en mis oídos. Me sentía nerviosa, emocionada y arrepentida a la vez.

Llegué al apartamento de Travis y toqué la puerta. La espera se me hizo eterna. Finalmente, la puerta se abrió y Travis apareció en el marco.

Su expresión fue de sorpresa al verme. Me miró fijamente durante unos segundos, sin decir nada. Sus ojos reflejaban una mezcla de emociones: confusión, ira, dolor.

—Hola —musité, con la voz temblorosa.

Travis no respondió. Simplemente me siguió mirando con esos ojos penetrantes.

—¿Puedo pasar? —pregunté, con la esperanza de romper el silencio.

Travis respiró hondo y asintió. Se hizo a un lado y me permitió entrar.

Me senté en el sofá de su departamento, mirando a Travis a través de la mesa de café. Su expresión era seria, pero también había algo de tristeza en sus ojos.

Yo estaba nerviosa, había estado esperando este momento durante mucho tiempo.

—¿Cómo supiste dónde estaba? —preguntó sin mirarme.

Tomé un respiro profundo y respondí:

—Te he estado buscando estos días. Le pregunté a Kristen si ellos sabían dónde estabas, y me dijo que te habías mudado aquí.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora