Después de enterarse de que había otro idéntico a aquel Ethan que conoció una noche en un bar, Isabel se dedica a la búsqueda de la verdad, y quizás, del amor de su vida.
En esta novela...
<<La venganza de Ethan>>.
<<El gran final...
Cuando vi sus lágrimas, sentí mi corazón hundirse, como su corazón, como el mío, como nuestro amor, quizás como nuestro "nosotros". ¿Ya no existían posibilidades...?.
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Ethan Spencer.
La escuché llegar. Escuché la voz de Valentina y también cuando abriendo las puertas francesas corredizas de la oficina de Jake.
Mi corazón latió rápido. La sola posibilidad de que todo se descubra antes del tiempo esperado, me asustaba un poco.
Entonces estaría perdiendo el control, Isabel... Ella estaría en peligro.
Mientras no sepa que él se está haciendo pasar por mí, él no será lo suficientemente sádico como para hacerle daño.
Me apresuré a ir a la habitación de Jake antes de que la sirvienta llegara.
—Jake, Valentina vino a verte, y por alguna extraña razón, te está esperando en tu oficina —le dije al entrar.
—¿En serio? —preguntó confundido.
Había algo renaciendo entre ellos. No había necesidad de la formalidad, eso solo indicaba que algo pasaba.
Asentí—. ¿Será que pasó algo?.
—Tranquilo, todo está bien, todo está bajo control, no te preocupes —me aseguró.
Salió de su habitación y bajó las escaleras, yo sólo observé la escena escondido en el bandaral de la escalera.
Lo más extraño de todo fue cuando poco tiempo después, Valentina salió de la oficina de Jake.
¿Entonces, con quién se había quedado Jake en su oficina?.
Cuando vi a Valentina ir en dirección a la sala, salí de mi escondite y bajé las escaleras lentamente, tratando de escuchar alguna cosa.
Pero no se escuchaba nada. Me acerqué un poco a la puerta semi abierta, y fue cuando vi aquel cabello rubio que reconocería en cualquier lado.
Era Isabel.
Mi corazón latió desenfrenado, jugando a salir de mi pecho.
Ella estaba aquí.
—¿Qué te trae por aquí, Isabel? —preguntó mi mejor amigo con un tono tranquilo.
Me sentía tan feliz, pero aquella felicidad había durado poco, cuando ella soltó algunas palabras que no esperaba escuchar, que no quería escuchar, que no estaba listo para escuchar—. Jake, querido Jake —hizo una pequeña pausa—. Descubrí qué hay dos, escucha bien, dos Ethan.
La sonrisa de mi mejor amigo y la mía se desaparecieron.
Sentí mi corazón latir aún más rápido pero con peso.
