XXI

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BIENVENIDO A MI VIDA

Mientras reposaba en la cama con el celular entre las manos, una sensación de pesar envolvía mi pecho. La ausencia de mensajes de Aksel desde el incidente dejaba una punzada de incertidumbre en mi corazón. Mi mente, aún envuelta en la trama de emociones, se debatía sobre cómo lidiar con esta situación que parecía sobrepasar las capacidades de una joven como yo.

La duda y el dolor se mezclaban en mi interior, y me encontraba buscando respuestas en los mensajes del grupo que compartía con Dan y Esme. Cada palabra escrita por los demás miembros parecía resonar con un eco de inquietud. ¿Qué podía hacer una niña en medio de problemas que, hasta ahora, le resultaban insondables?

Quizás me arrepentía de haber indagado en terrenos que no me correspondían, pero la realidad se imponía, y la incertidumbre se apoderaba de mis pensamientos. Mientras tanto, mi habitación se convertía en un pequeño refugio donde las luces tenues y los susurros lejanos del exterior creaban un ambiente propicio para la reflexión.

No sabía si debía esperar, tomar la iniciativa o simplemente resignarme a la incertidumbre que nublaba mi conexión con Aksel Entre las sábanas, con el celular aún en mano, me debatía entre la pasividad y la acción, tratando de encontrar respuestas en un mundo de mensajes digitales que parecían llevar consigo el peso de una situación que escapaba a mi comprensión.

Esme: ¿Qué andan haciendo que están desaparecidos?😏

Dan: Mucho trabajo 🥱

Yo: Solo estoy cansado🫠

Esme: Voy a hacer una fiesta y pensé que podríamos vernos 💋

Yo: No soy muy fan de las fiestas.

Dan: Yo voy 😎

Aksel: Las fiestas son aburridas 😮‍💨

Esme: Hay vamos Alex, sé que te vas a divertir, además vendrá Sasha 🤭

Yo: No dije...

Aksel: Si va Sasha, entonces si voy.

Permanecí en silencio, sumida en una pausa reflexiva tras leer el último mensaje. Mis pensamientos, antes enredados en la telaraña de la incertidumbre, ahora se tejían con las palabras de Esmeralda. Un suspiro escapó de mis labios mientras contemplaba la pantalla, tratando de asimilar la sorpresa de su respuesta.

—¿En serio? —murmuré para mí misma. La incredulidad se manifestaba en mis palabras, una expresión de desconcierto ante la abrupta reaparición de Aksel en la conversación. Después de su inexplicable ausencia, sus palabras resonaban con un tono que despertaba en mí una mezcla de molestia y desilusión.

—Desaparece así, como si nada, y ahora esto —exclamé molesta, mientras dejaba escapar un suspiro. La figura de mi novio se tornaba más difusa en mi mente, y sus acciones recientes no hacían más que reforzar la sensación de que algo estaba fuera de lugar. —Realmente es un chico idiota y engreído —añadí con una amargura apenas perceptible en mis palabras.

La etiqueta de "novio" parecía tambalearse ante la realidad que se desplegaba en los mensajes. La certeza de que algo no estaba bien se asentaba en mi pecho, y la palabra "holgazán" se colaba entre mis pensamientos como una descripción que, lamentablemente, resonaba con cierta verdad. En mi mundo digital, la confusión y la decepción se entretejían, mientras yo navegaba entre las aguas tumultuosas de emociones que amenazaban con cambiar el rumbo de mi relación.

Until The Last Breath ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora