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En la majestuosa ciudad de Magnolia, cuna del gremio más ruidoso y poderoso en todo Fiore, el sol despertaba con su resplandor sobre la bulliciosa vida del gremio. La jornada parecía transcurrir como cualquier otro día, con los miembros entregados a sus quehaceres cotidianos: algunos planeaban nuevas misiones, otros compartían risas y charlas animadas.

Sin embargo, en el horizonte, emergía una sombra que pronto oscurecería la paz aparente. Desde lejos, la figura de Natsu y Gray se recortaba contra el cielo, llevando consigo una carga inusual: a Rogue, Sting y un misterioso individuo que compartía el peso de sus hombros.

El estruendo resonó cuando Natsu, con su característica impetuosidad, propinó una patada colosal a las puertas del gremio, enviando a algunos miembros por los aires y anunciando su llegada abrupta.

Natsu: ¡¡ABRAN PASO!!

Erza, a punto de reprenderlo, se contuvo al percatarse de la gravedad de la situación. Tanto Natsu como Gray depositaron con urgencia a los heridos en el suelo, dando inicio a una multitud que se formó rápidamente, entre la cual se encontraban Gajeel, Levy, Mirajane con sus hermanos, Lucy, Erza, entre otros.

Natsu: ¡¿Dónde están Wendy y Angel?!

Wendy, con rapidez y preocupación, se abrió paso entre la multitud. Sus ojos reflejaban asombro y consternación al observar a los heridos.

Erza: ¡Gray, explícate!

Gray: Los encontramos malheridos en medio del camino, regresando de una misión.

En medio del caos, el maestro Makarov salió de su oficina y, al aproximarse, comprendió la gravedad de la situación.

Makarov: ¡Que alguien vaya a traer a Porlyusica!

Natsu, sin dudar, se ofreció a cumplir la petición del maestro, corriendo hacia donde la curandera aguardaba. Mientras tanto, Wendy examinaba con atención a los tres heridos, quedando atónita ante la ausencia de uno de los ojos de Rogue. Aunque el horror y el miedo se reflejaban en su rostro, se reincorporó con determinación para enfrentar la tarea de curarlos.

Erza señaló con determinación a Devil, el misterioso acompañante de Sting y Rogue.

Erza: ¿Y quién es ese?

Gray, tras examinar detenidamente a Devil, sintió un escalofrío de desconfianza.

Gray: Estaba con Sting y Rogue, pero su apariencia... parece ser...

Mirajane: Un demonio. Aunque esté desmayado, siento una leve energía parecida a mi Satan Soul. *con cierta duda, recitó sus sospechas*

Erza: ¿Crees que pueda ser alguien que utilice tu misma magia, Mira?

Mirajane: No lo sé. Como está ahora, si fuera un Take Over, ya habría vuelto a su forma original.

Rogue, en medio de toses dolorosas, expulsaba sangre. Su cuerpo, rígido y tembloroso, indicaba el sufrimiento causado por el simple intento de moverse. Wendy, preocupada pero decidida, continuaba aplicando su magia curativa. 

Poco a poco, Rogue abría su ojo, percatándose de su posición en el suelo junto a su amigo y el enigmático desconocido que le había prestado ayuda, lo cual lo tranquilizaba.

Wendy: Por favor, Rogue-san, no te muevas.

Gajeel: ¿Qué te pasó, Rogue?

Rogue: Gajeel, *intentando levantarse sin éxito, respondió con dificultad.* nos atacaron a todos.