Catalina
—Puta dejen de gritar.— me tape los oídos —Mis compañeros son más pesados que la chucha, parece estadio esta sala.—
—¿Amiga te enteraste?— la Sofi me sonrió
—¿Que pasó?
—¿Cachai' al Bill no?— me pregunto mientras jugaba con su lápiz
Asentí —Si cacho a ese weon, mas pelao' lo tenemos de compañero po'— me crucé de brazos
—Si se, la cosa es que ahora anda con la Josefa del 3 medio A weon, no se si son pololos pero los vi comiéndose afuera del colegio.— me susurro
—Que asco, yo ni cagando me comeria con ese weon, tantas bacterias debe tener en su boca.— hice una cara de asco
—Yaa' yo si lo haría la verdad, pero sabiendo cómo es con las minas.— dijo mientras recostaba su cabeza en la mesa —Tengo sueño.—
—Yo quiero mear hace rato, voy al baño, que nadie se siente en mi puesto.— me levante y sacudí mi falda, la miré y esta asintio así que rápidamente me acerqué a la mesa del profesor
Este me miro extrañado, estaba revisando el libro con nuestras notas, aproveché para revisar mi nota, a ver....4,5 salve.
Sonreí y pedí permiso para ir al
Baño, este me dejo ir a los minutos ya que él Bill había pedido permiso y no volvía, cuñado conseguí el permiso abrí la puerta y salí de esa ruidosa sala y comencé a bajar las escaleras rápidamente porque no aguantaba, entre al
Baño de las mujeres y saque papel higiénico, abrí un cubículo para meterme pero me di cuenta de que estaba ocupado, que impactada.Se encontraba Bill, con la Josefa, estaban comiéndose, me miraron sorprendidos y la Josefa lo único que pudo hacer es salir corriendo, dejándome sola con este weon, nos miramos mientras había un silencio incómodo.
—¿Le contarás al inspector?— me pregunto este
Pensé por un momento —Yo creo que si, pobres minas, las haces sufrir.— ladee mi cabeza
—La vida loca po' mi reina, ellas vienen hacia a mi.— me guiño un ojo —¿Que hago para que guardes mi secreto? Podemos comernos si quieres o podemos ir a un mot...—
—Basta, callate, no quiero contacto físico contigo.— lo mire mal —Que asco.—
—Te haces la difícil noma' después igual caes como todas.— se encogió de hombros
—Yo no voy a caer, vai' a ver, espérame afuera del baño para hablar del tema, ahora dame permiso que quiero mear.
Este sonrió ladino y me dio la pasada, espere a que se fuera y me metí al cubículo, hice mis necesidades y salí para después lavarme las manos, al salir me encontré a Bill recostado en la pared con los ojos cerrados, me acerqué a él y los abrió al instante, me sonrió se cruzó de brazos.
—¿Pensaste lo que querías?— pregunto con un cierto tono de preocupación
—Si, quiero que seas mi esclavo por 31 dias.
—¿Qué?— negó repetidas veces —Eso no.—
—Es eso o no me quedo callada.