Capitulo 23 - Renacer

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Con los shinjins

Después de un rato pensando, este Shin tomó una decisión que cambiaría su destino, su existencia y todo.
Los shinjins presentes veían esa escena con incredulidad.Realmente ¿era el final de esos dos? no sabían que hacer, seguían muy desconcertados, en especial Zamas que miraba el rostro de Shin entre sus manos, descansando tan pacíficamente.

Anat: tal vez fue lo mejor...

Algunos de estos dioses agacharon la cabeza en señal de respeto, más que nada por el shinjin.

???: Bills...despierta....no es momento de descansar... Daishinkan ya viene....

Bills:mmm

Zamas: que ...Shin!!!

Shin abre sus ojos sorprendiendo a todos.

Bills: eres un tonto enano.

Shin: ¿realmente creíste que me iría así nomás? Veo que no me conoces bien, Bills , yo no abandono a mis amigos.

Esto último lo dijo viendo fijamente a Zamas sonriendo y luego voltea a ver a Bills quien también lo ve.

Bills: y tus amigos, ¿enano? Dónde quedan dímelo...¿Acaso ya no son importantes para ti?

Shin: yo...los dejé ir, ellos están bien dónde sea que estén y yo también...
Todos ellos me perdonaron aunque dijeron que en realidad no había ninguna falta mia. No sería justo que por mi culpa no puedan ser libres, si la libertad es algo de lo más bello de podemos anhelar a tener.

Normalmente el shinjin derramaba lágrimas al tratar de decir algo semejante a esa idea de soltar el pasado ..su pasado, pero está vez era distinto, su corazón ya no se sentía aprisionado por toda la melancolía que durante siglos cargaba, esta poco a poco se desvanecía mientras era ahora reemplazada por un sentimiento de paz y amor a aquellos seres que le enseñaron a amar la vida y a luchar por protegerla con cada parte de su ser, física, espiritual o mentalmente y eso logró devolver en él la genuina felicidad .
Poco a poco se comenzó a reincorporar frente a los otros Shinjins que lo veían con asombro y ahora diferente porque frente a ellos se había revelado un ser honorable y digno de su respeto.
Bills notó esto en los ojos que ahora lo veían, esos ojos asabache que siempre le miraban con cierto miedo ahora tenían en ellos esperanza y valentía, o algo que se le pareciera, sin decir nada solo se puso de pie y le ofreció a su contrario una mano para ponerse de pie sin dejar de mirarlo con la expresión de neutralidad que más pudo sin dejarle de ver en ningún momento.

Shin: estamos juntos en ésto Bills.

Bills: aún así...tu te irás.

Shin: no.

Bills no dijo nada, pues sabía que era inútil discutir con el terco frente a él y solo rio incrédulo para después girarse a los presentes y hablar de forma nada amistosa, más bien sonaba muy amenazante.

Bills: escuchen inútiles, cuando Daishinkan llegue no le mencionen nada del ataque de ese monstruo porque si lo hacen.. Zenosama nos eliminará a todos los dioses por igual,sin importar si son culpables o no, el mismo ya me lo advirtió así que no jueguen sus suertes y mejor guardenla para que no se entere él mismo...ya viene.

Unos segundos después el ángel aparece entre un vórtice de energía morada a espaldas de Bills, a lo que los shinjins de inmediato se arrodillan temerosos bajando su mirada mientras que Bills no se movía ni siquiera le veía.

Dai: Buenas tardes caballeros, espero y está runin haya sido sido productiva.

El ángel hace una pausa y frunciendo el entrecejo dirige su mirada al hakaishin que solo permanecía inmóvil frente a él.

Dai: señor Bills a qué debemos su vista.

Bills voltea a verlo por encima de su hombro y exhala para después girarse un tanto molesto lo que se le hizo extraño a Shin quien mentalmente quería abofetear al felino por su insolente conducta.

Bills: yo vine porque también quiero ir con Zenosama y como se que siempre que hay alguna reunión de kaioshins el rey ordena que los viste para jugar pensé que tal vez también podría acompañarlos.

Dai: no sabía que el gran Bills se mandara solo, y dígame que asuntos tiene con el rey de todo.

Bills dirigió su mirada sería a los ojos del ángel: yo... tengo un mensaje del rey Rojo exclusivo para Zenosama.

Daishinkan le dirigió una mirada asesina a Bills pero a este ya no le importaba después de todo está era su última vida y debía actuar como tenía que ser.

Dai: dígame Bills ¿desde cuándo usted se volvió el mensajero de los dioses?

Bills: desde que me mandaron a la guerra sin armas, solo estoy a su Merced y si no le doy el mensaje él mismo vendrá al palacio de Zenosama en persona, después de todo está aburrido allá abajo...y talvez traiga consigo compañía no muy grata. Eso dijo.Bueno...dijo más groserías que nada la mayoría dirigidas a usted pero no las pienso repetir.

El sacerdote no responde a eso,solo desvía su mirada al resto de la habitación y nota en el piso manchas de sangre y al séptimo kaioshin algo tembloroso y con su ropa rota, en ese momento sonríe.

Dai: está bien señor Bills, mientras no utilize lenguaje soez como lo hizo hace millones de años, puede acompañarnos. Solo una cosa quiero que me expliquen porque el kaioshin séptimo tiene su ropa destrozada y moretones en la cara, no me diga que peleo denuevo como siempre...

Bills mira a Shin y sonríe: así es, mi tonto compañero peleó con Anat por mi amor pero ya lo discutimos, el se queda a mi lado, además de que hay mucho de mí para ambos.

El kaioshin Kai rie bajo al igual que kuzu, Shin estaba incontrolablemente ruborizado ante tal falsa acusacion sin poder decir o hacer nada.

Dai: que groserías e impertinencias son esas, será por su propio bien que controlen sus instintos animales o de lo contrario no responderé si Zenosama los elimina a los tres juntos o será que después de todo no es tan malo para usted señor Bills, pues su amigo Rojo los recibiría bien.

Bills sonríe: pues él es alguien que sabe hacerlo (pensando en doble sentido) como bien lo sabe Zenosama...eso de recibir.

Shin abre sus ojos no queriendo estar consciente cuando Daishinkan los desaparezca a ambos por su insolente y estúpida conducta.
El sacerdote permanecía neutro pero en su interior ardía de rabia aunque lo disimulaba en todo momento solo se gira en dirección al portal y les da una orden a todos.

Dai: de pie , vayamos que nuestro querido y dulce rey que nos espera impaciente y kaioshin séptimo vistase adecuadamente.

Shin se levanta del piso y ve a Bills con furia, aún con el rubor presente en su rostro mientras que repara su traje de kaioshin Bills solo le sonríe con cierto sinismo.

***

Continuará

Tú mi talismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora