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Pablo Gavi

Por fin Pedri y el se iban a ver, después de 5 largos días de espera, en la mañana tomaría un vuelo para ir con su novio.

Así que durmió demasiado emocionado, su vuelo salía a las 8:00 am y desde las 5:00 am estaba despierto, muriéndose de ganas de ver a su novio.

Y cuando fueron las 6:00 se levantó a hacer su rutina de la mañana y tomar las cosas de su maleta, se acercó a la puerta de su hermana y tocó suavemente.

—ya me voy Au— le aviso a su hermana que se paró despeinada y un antifaz.

—¿ya? ¿Quieres que te lleve?— se levantó rápidamente y Pablo la empujó levemente del hombro.

—no, está bien, Enrique, Dani, Daniel y su hermana me van a llevar, no te preocupes— su hermana asintio.

—ven para despedirme— lo acerco hacia el para besar su frente. —cuídate mucho, disfruta las vacaciones con tu novio— el sevillano asintio con una sonrisa.

—está bien, gracias— se levantó para seguir en el cuarto de sus papás.

—mami— la sacudió levemente y su madre abrió los ojos.

—¿que pasa cariño?— pregunto desorientada levantando también a su padre.

—¿estás bien hijo?— Pablo asintio con una sonrisa.

—si pa, solo venia a despedirme— su padre lo llamó para que se sentara a su lado y le besó la mejilla.

—divierte hijo, te esperamos para navidad— el sevillano asintio y su madre se levantó para acompañarlo abajo.

—diviértete mucho cariño, no tanto— le miro mientras le apuntaba y el sonrió. —es broma, disfruta tus vacaciones y todo lo que veas ¿si?— el sevillano asintio.

—gracias mami— le agradeció el sevillano.

—de nada cariño, te amo mucho— le miro con el amor de una madre y se acercó para limpiar unas lágrimas que salían de los ojos de su niño.

—te amo más mami— su madre acaricio su mejilla y pocos segundo después escucharon el claxon del coche.

—nos vemos— el sevillano saco sus maletas y vio a sus amigos esperándolo.

—¡buenos días!— saludaron sus amigos cuando bajaron el vidrio y Enrique se bajó a ayudar a subir su equipaje al maletero.

—hola Anita— saludo a la chica morena que tenía un aspecto de recién despertada y su pijama navideña.

—hola Pablo— le sonrió y se acercó a dar un beso en la mejilla, que duro más de lo que debería.

No le tomo importancia y luego sus amigos arrancaron al aeropuerto y cuando llegaron se bajaron a dejar su equipaje.

—regresaré para navidad, no os preocupes— le dio una palmada en los hombros a ambos.

—¿en realidad es necesario que te vayas a Canarias?— pregunto su amigo Enrique y Pablo contuvo su risa porque lo miraba con los ojos cristalinos.

—si, solo iré unos días— le restó importancia y se acercó para abrazarlos a ambos.

—no queremos que te vayas— lloriqueo Daniel y al ver la cara de su hermana cambio inmediatamente su semblante.

—tranquilos, regresará pronto— intervino la morena y ambos asintieron avergonzados.

—¿ven?— les pregunto a ambos volviéndolos a abrazar. —volveré pronto, hasta ella lo entiende— dijo con obviedad y ambos limpiaron sus lágrimas.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora