La vida sigue siendo difícil e intento una y otra vez de convencerme de que soy lo mejor, pero constantemente tropiezo en el intento.
Pienso mucho en el futuro y me rodea el miedo constante al fracaso, seguir fallando se ha vuelto una rara costumbre y creerme insuficiente se ha vuelto una característica.
Sigo confundido con la extraña decisión del destino de querer hacerme sufrir a diario, obligo a la mente a creerme fuerte y al corazón a seguir latiendo fuerte por el amor que te tengo.
Se acaban las ganas de intentarlo, solo quedan los pocos escombros y pedazos de corazón roto que tanta tragedia han provocado, no se si seguir siendo yo o simplemente cambiar por completo aunque muera en el intento.