13: El primer día

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Corrí. Corrí más que nunca hacia Rupert. Él era mi prioridad y luego venía todo lo demás. Habíamos tenido la mala suerte de que nos habían puesto demasiado lejos, pero nos las apañamos para encontrarnos, corriendo por detrás, mientras la mayoría de tributos corrían hacia la cornucopia.

-Vale, nos vamos. -dijo Rupert entre jadeos, una vez que estaba a mi lado.

-No, espera, nos falta Bonnie.

-¿Quién?

-¡La chica del Distrito 5! -grité.

-Oh sí, es verdad.

Giramos nuestras cabezas, esperando ver a Bonnie viniendo hacia nosotros.

-¿Dónde se ha metido? -pregunté, intentando buscarla desesperadamente.

-¡Está en la Cornucopia!

-Tiene que ser una broma.

No lo era. Bonnie estaba, definitivamente, en la Cornucopia. Aunque había sido muy rápida y había conseguido una mochila. Luego corrió hacia nosotros.

-No podemos irnos sin nada. -dijo ella, poniéndose la mochila en la espalda.

-Perfecto. Ahora nos largamos antes de que nos maten -dije.

Los tres empezamos a correr hacia los bosques. Era una arena extraña, porque hacía calor y la hierba estaba seca, pero los bosques eran de pinos, algo que, si mal no recordaba, eran señal de un clima más frío.

Nos metimos en los bosques y corrimos mucho tiempo, yendo por todos los desvíos posibles y adentrándonos más en la arena. Cuando ya no podíamos más, nos detuvimos para descansar.

-¿Qué tienes en esa mochila? -preguntó Rupert.

Bonnie abrió la mochila para sacar todas las pertenencias.

-Una botella vacía, un cuchillo, una cuerda, y una manta.

-¿No hay comida?

-No. Vamos a tener que buscar una fuente de agua si queremos vivir, porque la botella no sirve de nada. Aunque... tiene un filtro de agua.

-Algo es algo. Al menos no vamos a morir intoxicados -dije.

-Tal vez si regresamos a la Cornucopia... -dijo Rupert.

-Ni hablar. No vamos a pisar ese sitio en mucho tiempo. Además, el baño de sangre no ha terminado, al menos no hasta que suenen los cañones. -dije- Hay que buscar un río o algo así.

-Vale. Pero no vamos a correr. -dijo Bonnie- Caminamos en silencio.

-Bien.

Caminamos durante un rato, hasta que escuchamos un ruido que parecía ser agua. Seguimos nuestros oídos hasta toparnos con un pequeño río que avanzaba, seguramente hasta un lago.

-¿Queréis tomar el agua de aquí o seguimos el río? -pregunté.

-De aquí. Si hay un lago los profesionales se pondrán cerca de él. -dijo Rupert. Tenía razón, aunque todavía no sabíamos si verdaderamente había un lago en la arena. Aunque desde donde estábamos, podían verse unas montañas con nieve. Seguramente serían parte de la arena también, pero era algo extraño, porque en ese momento, hacía tanto calor que tenía ganas de zambullirme en el río.

Bonnie llenó la botella y bebimos un poco. Después, la volvió a rellenar y la guardó en la mochila.

-Propongo subirnos a uno de estos árboles para estar cerca del agua.

-Los pinos no son árboles para escalar. -dije yo- Aunque ese parece estar bastante bien. Puede que si cortamos algunas ramas podamos acomodarnos.

Me giré para mirar a Bonnie.

Búscame en los campos --- 72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora