Aemma
Sabía que el día había llegado, aveces deseaba salir de esta realidad he irme a otra
Amanda: señorita usted debe de estar feliz, se casara con uno de los príncipes más apuestos de aretusa
Aemma: mmm
Amanda: el príncipe tommen aaah!
Su chillido de emoción me hizo mirarla con sorpresa y desagrado, como es que a esta servidumbre puede hablar así?
Aemma: cállate sirvienta no te pedí que hablaras
Amanda: lo siento señorita
El viaje sería largo , y con ella mi aburrimiento
Ahora mismo debería de estar cabalgando junto a mi hermano más adelante de los caballeros
Pero por órdenes de mi amado padre no se podría
No sé cuántos días avían pasado desde que salimos de casa lo único que pensaba era salir corriendo de aquí
Y como otra noche más nos detuvimos a acampar para poder descansar
Tyraegar: cuánto tiempo piensas estar así?
Aemma: el tiempo que sea necesario
Yenefer: aún no me acostumbro verte en vestido, siempre estás en armadura
Le sonreí
Mi pequeña hermana jamás dejaría que mi padre hiciera lo mismo con ella que conmigo
Tyraegar: sabes que escapar de las manos del rey implica solo la muerte
Aemma: si eso significa mi libertad haria una guerra por ella
Tyraegar: te has puesto a pensar que siendo Reyna harías lo que se te plazca?
Muy buena pregunta
El silencio se había adueñado frente al fuego de la ramas, como es que no lo había pensado?
Yenefer: serías como la Reyna Mérida
Aemma: que hay de ella?
Yenefer: Mérida fue una Reyna que peleó al lado de su pueblo con una espada de acero Valeriano , era una guerrera, la guerra con su hermano Loras por el imperio fue una de las más grandes , gobernaba y peleada a la ves, tu también serías Mérida
El brillo verde en sus ojos me hacía saber lo mucho que había leído los libros de mi padre
Un sonrisa se escapó de mi alegrando mi noche
Aemma: sería buena idea yen , también seré como Mérida , gobernare y pelearé a la ves por ti
Su sonrisa de felicidad iluminaba más que el fuego y la oscuridad de la noche
Esa niña era una amor en persona , no entiendo cómo es que de un hombre amargado y orrible podría salir una hermosa princesa
Tyraegar: ya platicaste con ella?
Aemma: aquí no
Tyraegar: aún que ni tú ni yo queríamos sabes que ella debera saber, vamos yena es hora de dormir
Su cabellera roja se meneo frente a mi dejando un beso en mi frente dejandome sola, se llevo a yena junto a la carpa donde descansaría
De tan solo el hecho de pensar que ella deba casarse con el hijo de los jung el príncipe de las hadas hace que mi estómago se revuelva
No podía haceptar que mi hermana tenga ese destino
La noche fue muy larga
Apenas y podía pestañear