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Zoro entró a la licorería. Acaba de comprar algodón y aceite de mantenimiento para sus katanas, el resto del dinero debería ser suficiente para comprar un par de botellas de alcohol.
Examinó los estantes. De la mayoría de ellos nunca había oído hablar. Estaba a punto de elegir al azar los que tenían nombres bonitos, de repente vio una botella que le gustaba mucho.
Hace varias islas, salvó por casualidad al dueño de un bar de un sinvergüenza mientras deambulaba por ahí. Como agradecimiento, el dueño del bar le regaló una botella de sake. Lo bebió después de regresar al barco. Fue realmente bueno y quería más. Incluso compartió el pensamiento con Sanji. Pero sólo recibió una botella.
Lo bueno de ser pirata era que podían viajar por todo el mundo y probar diferentes tipos de comida. Lo malo era que nunca permanecían mucho tiempo en un mismo lugar. Entonces, si quisieran volver a comer cierta comida, a menos que regresaran al lugar, solo podrían volver a visitar el sabor en sus recuerdos.
A Zoro le gustó mucho esa botella de sake, pero no esperaba poder probarla nuevamente. Se sorprendió al encontrarlo después de varias islas. Cogió la botella con entusiasmo, pero abrió mucho los ojos después de ver el precio. Devolvió la botella al estante en silencio.
¿¡Por qué diablos es tan caro!?
Si no comprara los suministros de mantenimiento, tendría suficiente para una botella. Pero ya los compro y esos eran esenciales. Tuvo que renunciar al sake.
Zoro movió sus labios irreconciliablemente, y estaba a punto de conseguir otro alcohol barato como reemplazo, pero por el rabillo del ojo, vio a un hombre rubio entrar a la tienda. rápidamente se escondió detrás del estante.
Tuvieron una pelea ese mismo día. El moreno no podía recordar por qué, pero hasta que el barco desembarco en la isla y todos tomaron caminos separados, él y el cocinero seguían teniendo una guerra fría.
A él peliverde no le gustaba pelear con el cocinero. No se refería a las peleas y las riñas. Así fue como intercambian sus sentimientos. Las peleas que a Zoro no le gustaban eran las peleas reales. Los que harían que Sanji lo ignorara. Por supuesto, incluso si marimo supiera que la culpa fue suya, sería demasiado orgulloso para disculparse. Pero si por la noche no se habían reconciliado, uno de ellos tendría que dormir en el sofá.
Generalmente era él, no le importaba dormir en el sofá. Podía dormir en cualquier lugar y en cualquier posición. El problema era que no podía tener al cocinero en brazos. Después de acostumbrarse a dormir con otra persona, se sentía vacío al dormir solo.
Ninguno era bueno haciendo las paces. Por lo general, después de una pelea no se hablaban durante dos días. Cuando finalmente no podían soportarlo más, se peleaban para romper el hielo y terminar la leí de hielo con un beso.
