Capítulo 9 - No me lo puedo creer

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Me quedé sentada sin saber como reaccionar ni asimilar lo que acababa de pasar. Ainhoa había salido corriendo de allí cuando había estallado toda la bomba sin ni siquiera justificarse y Sandra había ido detrás de ella pero había vuelto unos minutos después sola y se había sentado de nuevo enfrente mía.

No dije nada, nadie dijo nada.

Estaba en shock y si había entendido bien todo lo que acababa de pasar, Ainhoa era la misma persona con la que había estado aquella noche en el baño de la discoteca, pero lo peor era que ella si sabía quien era yo y no había sido capaz de decirme nada en este tiempo.

En un principio me enfadé con Bea, por montar toda esta situación sin haberlo hablado conmigo primero, pero por momentos mi enfado se fue enfocando en Ainhoa, que no me podía creer lo que me había hecho.

Me había liado con mi jefa justo la noche antes de serlo. Si ya tenía un buen lío en la cabeza estos días al pensar que me gustaba y no sabía que hacer porque era mi jefa, ahora no era capaz de procesar que incluso ya me la había tirado y encima sin saber quién era. Para una vez que me atrevía a hacer algo así y estas eran las consecuencias. Mi mala suerte jugando otra vez a mi favor.

Ahora entendía algunas de sus reacciones y ahora entendía a quien me recordaba su perfume todo el tiempo cuando se acercaba. Me recordaba a alguien porque ese alguien había sido ella misma.

Pasaron varios minutos en los que mis amigas no se habían atrevido a hablar y solo me miraban sin saber quien daría el primer paso en aquella conversación. Yo no era capaz de decir nada sobre lo que había pasado, hasta que Sandra con su infinita calma rompió el silencio que se había formado.

S: Luz.. estás bien? - giré la cabeza lentamente y enfoqué la mirada en ella porque hasta ahora la había mantenido en un punto fijo donde antes estaba Ainhoa sentada y ahora ya no había nadie

L: es ella..

S: eso parece, cariño. Pero lo importante... tu estás bien? - volvió a insistirme

B: Luz, perdóname pero no podía seguir con esta duda.. probablemente tenía que haberlo hablado primero contigo o haberlo dicho de otra forma, soy una bocazas - se arrepintió mi otra amiga pidiéndome disculpas

L: tranquila, no es culpa tuya. Es que.. no me lo puedo creer, por qué no me ha dicho nada en este tiempo? - estaba en bucle y seguía sin dar crédito a nada - ella lo sabía y yo he estado haciendo el imbécil todos estos días

S: supongo que tampoco ha sido fácil para ella - endurecí mi mirada por lo que acababa de decir - no quiero decir que la esté excusando, pero piensa que ella se incorporó a un trabajo al día siguiente y resultó que se había tirado a la hija de su jefa, de la cual por cierto da la casualidad que ella también es tu jefa

L: no la disculpes - gruñí como si ella tuviera la culpa

B: Luz, mira que me jode pero.. quizás Sandra tenga un poco de razón en esta ocasión y deberías hablar con ella para entender qué es lo que le ha llevado a ocultártelo

S: nosotras estamos contigo, y vamos a estarlo siempre - me cogió la mano por encima de la mesa para acariciármela y darme su apoyo - pero tienes que aclarar esto con ella en algún momento. Darle la oportunidad de hablar, sois compañeras de trabajo y no puede afectaros en eso

B: lo cual no quita que se haya portado fatal ocultándote la verdad, todo sea dicho

L: pues eso digo yo, es que eso no se hace - dije dando más apoyo a las palabras de mi amiga, que en este momento me convencían más que las de Sandra

S: puedes reprocharle su comportamiento después de conocerte, pero no antes. Entraste a ese baño por voluntad propia y no te obligó a nada - intentó hacerme entrar en razón una vez más - porque no te obligó a nada, no? - de repente puso cara asustada por si la situación daba un giro improvisado

L: no no, para nada - la tranquilicé porque para nada había sido lo que estaba insinuando. De hecho yo había acudido allí por mí misma - Para nada fue eso. No la juzgo por esa noche, sino por todos estos días después en los que ha sido capaz de estar conmigo y no decirme nada al respecto

B: cuando tu consideres que estás preparada para mantener esta conversación, habla con ella. Aunque solo sea para decirle lo que piensas y quedarte agusto contigo misma

S: cuando he salido detrás suyo la he visto bastante afectada, esto está un poco apartado y no quería que se fuese sola de vuelta estando de esa forma

L: se ha ido ella sola andando? - de repente reaccioné y tuve miedo de que le pudiera pasar algo en el camino

S: si, no ha entrado en razón. Pero no te preocupes, esto siempre está tranquilo. No le va a pasar nada, ya verás

L: buff ahora si que tengo un buen marrón. Encima sigo teniendo que trabajar con ella.. qué voy a decirle mañana? No quiero ni verla ahora mismo, mañana no va a ser muy diferente

S: venga tranquila.. vamos a terminar de comer y lo hablamos con calma si quieres - me dio otro apretón en el brazo y volvió a centrarse en su plato

A mi se me había quitado todo el hambre, y lo que en un principio se presentaba como un día tranquilo de descanso se había torcido totalmente y ahora en mi cabeza solo retumbaba un único tema. Era incapaz de pensar en otra cosa.

Durante la tarde mis amigas hicieron todo tipo de esfuerzos para intentar distraerme, pero al final cualquier conversación terminaba reconduciéndola y acababa siendo sobre el mismo tema. Finalmente se dieron por vencidas y decidieron dejar que me desahogara y porque no, que criticara a Ainhoa todo lo que quise y más por su comportamiento.

Al final de la tarde recogimos todo para dejar la casa de los padres de Sandra como si no hubiéramos pasado por allí y con ello cogimos el camino de vuelta para dejarme de nuevo en mi casa y mis amigas continuar hasta la suya.

Cuando llegué no tenía ganas de hablar con nadie y sabía que si me quedaba en el sofá mis padres se darían cuenta de que algo me había pasado, por lo que decidí excusarme diciéndoles que estaba muy cansada de todo el día en la piscina y me metí en mi cuarto directamente. No le dieron mayor importancia, o eso creí, y agradecí que no insistieran en que les contase nada sobre qué tal había ido el día. Ya habría tiempo para eso cuando estuviera más tranquila.

Me encerré en mi habitación y me tumbé sobre la cama sin llegar a deshacerla. El mismo tema seguía dando vueltas en mi mente y no era capaz de dejar de pensar en ello, pero sobretodo me daba miedo cómo enfrentar la situación cuando fuese a trabajar al día siguiente. ¿Cómo iba a actuar? ¿Qué iba a decirle? No sabía si iba a ser capaz de estar con ella en el mismo espacio después de haberme enterado de aquello. En cierto modo también me daba vergüenza estar con ella sabiendo lo que había pasado aquella noche cuando lo hice sin pensar pero suponiendo que nunca más iba a ver a la otra persona.

En esas estaba cuando mi móvil dio varios pitidos avisando de que había recibido una notificación de un mensaje nuevo y supuse que serían mis amigas para decirme que ya habían llegado, aunque me parecía demasiado pronto para el tiempo que había pasado desde que me habían dejado a mi en el portal pero habiendo poco tráfico tampoco era descabellado.

Cogí el teléfono y no era así. Vi su nombre en la pantalla y era lo que menos me esperaba en ese momento. No me apetecía saber nada de ella, aunque en cierto modo me quedé tranquila al suponer que habría llegado bien al hotel. Me quedé mirándolo como si pudiese adivinar qué es lo que me estaba diciendo sin llegar a entrar a la conversación, pero por desgracia tenía la previsualización desactivada y no podía ver el mensaje desde la pantalla de notificaciones.

Dudé durante varios minutos si entrar o no a verlo. Estaba enfadada con ella pero por otro lado tenía mucha intriga de saber qué excusa me pondría para todo lo que había pasado hoy.

Finalmente lancé el móvil sobre la cama y decidí pasar de ella y darme una ducha para despejarme y quitarme todo el cloro de la piscina que tenía encima.

Cuando volví a la habitación olvidé por completo que tenía mensajes pendientes sin leer y cansada de tanto darle vueltas al tema me metí en la cama e intenté dejar todos los pensamientos a un lado y dormir. Mañana sería un nuevo día y ya me enfrentaría a ello.

Desde aquella nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora