Si era sincero no sabía qué esperar de ese encuentro. Y no sabía si le aterraba más la idea de estar dentro del refugio del enemigo o que el líder enemigo era su alma gemela.
Lo peor no era eso, si no el hecho que no tenía palabras para poder expresarse correctamente. Eso era algo que los soldados contrarios no pasaron desapercibido; riendo a expensas de él.
Incluso ese mismo hombre, Cellbit, mantenía una sonrisa burlona.
—¿No se va a levantar?—volvió a hablarle el líder.
Sentía su propia cara arder por la rabia y la vergüenza de ese extraño momento.
Se vengaría.
No dudó ni un segundo en ponerse de pie, empuñar la navaja qué tenía escondida entre sus ropajes y atentar contra la vida del líder, colocando el filo del arma en su cuello. Todo esto ante la atenta mirada de los fieles soldados qué de un momento a otro pararon de reír y subestimarlo a tomarlo como lo que era: el enemigo.
—¿A levantar en armas contra usted? Ni siquiera tenía que preguntar.—le contestó en un tono frío y sin apartar la mirada de aquellos ojos.
Por alguna razón, el dirigirle la palabra fue suficiente para captar la atención del alto hombre. O eso sospechaba por la forma en como sus cejas se levantaron con interés y su sonrisa se amplió.
—Se opp prins, jeg liker sterke omegas.—murmuró Cellbit sin quitarle la mirada.
Las palabras no hicieron más que acercar el filo aún más a esa blanquecina piel.
—No estoy de humor para palabrería noruega.—le advirtió Roier.— Vamos directo al grano.
—Relájese.—se burló el líder.— No es mi culpa que no entienda noruego.
Entrecerró sus ojos con molestia.
No deseaba perder su ventaja por la furia qué le ocasionaban simples bromas. Pero le resultaba difícil ignorar lo que le decía el líder.
—No vine aquí a pelear.—ignoró por completo el primer comentario, desviando brevemente la mirada a todos los soldados qué lo amenazaban a pocos metros con espadas y esperaban cualquier distracción suya.— Dígale a sus hombres que me dejarán ir o me encargaré de perforar su garganta.
El silencio se instaló en el recinto luego de su orden. Ningún presente movió ni un solo dedo o pestañeó, todos estaban inmersos en la crítica situación.
Todos menos el líder del clan, quien parecía analizar en silencio todas sus opciones.
—Så snart jeg får den av ryggen, tar du den, vet du?—habló Cellbit.
Y ante sus palabras todos asintieron.
"Finalmente" pensó Roier al observar como todos a su alrededor guardaban las espadas y aguardaban la siguiente orden. Incluso el líder del clan levantaba sus manos en señal de rendición.
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𝑭𝒐𝒓𝒔𝒂𝒌𝒆𝒏 ן 𝑮𝒖𝒂𝒑𝒐𝒅𝒖𝒐
FanfictionEl príncipe Roier, atrapado en una red de obligaciones reales, se ve obligado a escapar de su reino y refugiarse en Noruega, donde sus peores enemigos acechan. Sin embargo, lo que nunca imaginó es que su destino estaba entrelazado con el líder de su...