Quinto cigarrillo en menos de 1 hora.
El humo ya empezaba a pesarle incluso a él. En su despacho, John, Arthur y él fumaban mientras hablaban sobre el secuestro de Evangeline. Ada y tía Polly estaban junto a los padres de la joven y Charlie, que había llorado desconsoladamente hasta que se había quedado dormido.
El pelirrojo irlandés había hecho las llamadas pertinentes y luego, se había unido a ellos, en busca de las diferentes opciones que tenían para buscar a la morena. El resto de los hombres que trabajaban para los Shelby estaban buscando y preguntando en Birmingham, por si alguien había podido localizar algo.
Aún no había señales de qué había sucedido con la mujer.
Y eso ponía cada vez más nervioso a Thomas Shelby. Por eso, fumaba un cigarrillo tras otro, porque era lo único que lo calmaba para poder pensar claramente en lo que estaba sucediendo. Pero en su mente, volvía a revivir los últimos momentos de Grace. ¿Y si Evangeline sufría el mismo destino? Sería de nuevo su culpa... Él la había introducido en su vida. Pero no había tenido la oportunidad de decirle a ella lo que le ocurría cada vez que olía su perfume o que la oía reír.
- La vamos a encontrar, Thomas. – dijo John, mirándolo fijamente.
El otro Shelby no dijo nada, solo miró hacia el mapa de la ciudad. Podrían tenerla en cualquier lugar, en cualquier sitio donde Smith tuviera un mínimo de poder y posesión que pudiera hacer desaparecer del mapa de la policía. Había varios lugares marcados en el papel, como propiedad que sus hombres habían inspeccionado desde lo lejos. No podían permitirse el lujo de que vieran que la estaban buscando, por muy desesperado que estuviera Thomas.
- Thomas... - El susodicho miró hacia la puerta donde Ada se encontraba, con la cara blanca como el papel y la respiración alterada. – Hay alguien... que sabe algo. Wilson y alguien de los irlandeses lo han llevado al salón.
Todos los reunidos en la habitación se dirigieron a donde había indicado la mujer. A Thomas le hervía la sangre. A cada minuto que pasaba, había menos probabilidades de encontrar a la secretaría. A cada segundo, su vida corría más peligro que el segundo anterior. No quería pensar en lo que estaría pasando en aquel momento con ella.
Allí, en el suelo, de rodillas, estaba lo que parecía ser un joven de unos 20 años, con el pelo rubio y la cara ya amoratada. Wilson, un hombre de los Shelby, estaba a su derecha, sujetando el cuello de la camisa del susodicho. A su izquierda, un hombre que saludó con un levantamiento de cabeza al irlandés, mantenía una expresión seria y vigilaba cada movimiento del hombre.
No había rastro de Charlie. Ada le susurró al oído que tía Polly y Sarah se lo habían llevado a la planta superior, junto a su hijo. Geralt, el padre de Evangeline, miraba hacia el fuego de la chimenea, tocándose el cuello, donde le habían dado el golpe para dejarlo inconsciente. Su hermano Arthur se colocó a un lado del hombre, sin dirigirle la palabra.
Cuando Ada se marchó, él se acercó al hombre de rodillas. Se puso a su altura y levantó su barbilla, para mirarlo a los ojos. Este sonrió con sorna y Thomas sintió como la ira le inundaba. - ¿Dónde está?
- El gran Thomas Shelby... Tampoco me pareces gran cosa. – aquel chico se reía en su cara mientras él tenía que guardar la compostura. - ¿Buscas a la secretaría? Probablemente a estas alturas mi jefe ya haya hecho con ella algo... Indecente. O quizás su cadáver viaje por el río.
El silencio se hizo en la sala mientras solo se escuchaba la risa desquiciada del chico. Todos los presentes se dieron cuenta de lo mismo. Su cabeza no debía estar muy bien si se enfrentaba de aquella manera a todos ellos y además creía que se estaba saliendo con la suya.
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Loyalty.
Hayran KurguEvangeline Abbot ha conseguido el puesto de secretaria de Thomas Shelby. Su misión es trabajar y conseguir el dinero que tanto ella como su familia necesitan para sobrevivir allí en Birmingham. Sin embargo, una serie de acontecimientos hacen que tod...