Prologo.

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Tyler estaba temblando, sus  manos estaban casi adormecidas y sus ojos parecían no durar unos segundos mas abiertos, relativamente sentía que su corazón iba a 100 palpitaciones por segundo pero literal, desde hace mucho que había dejado de latir.

Maldición!-Exclamo y junto con aquellas palabra tomo algo de aire seguido coloco sus manos sobre su cabeza Y dirigió su mirada hacia un viejo recuadro en el cual estaba la foto de su padre.

Luego de días de intenso trabajo de investigación había logrado entrar al sistema del vaticano a sus 17 años Tyler era un prodigio de la programación y bueno de la informática en si. Aunque apenas estaba comenzando a estudiar Ingeniera en sistemas al joven no le era necesario los conocimientos que se fomentan en la universidad pues los de el eran aun mas avanzados, solo quería validar ante la sociedad lo que su mente ya había obtenido, no era un típico adolescente que salia cada fin de semana a emborracharse y fumar marihuana. Tyler era mas que eso, desde que aprendió a leer se ha dedicado a leer sobre absolutamente todo,  es de la clase de personas que no puede quedarse con la duda y desde allí comienza gran parte de todo su conocimiento, aunque también fue gracias a su padre el cual trabajaba para la NSA supervisando los sistemas de la agencia y haciendo uno que otro trabajo para la misma obteniendo información de otras organizaciones de manera ilegal. El padre de Tyler desapareció hace 3 años  y el paradero de su madre era todo un misterio según lo que siempre le dijeron desde niño murió en un accidente cuando el aun estaba pequeño, aparte de su padre Tyler no tenia ninguna otra personas cercanas a el, a excepción de James, Un amigo de la infancia y los ex-compañeros de trabajo de su padre, los cuales pagaban los gastos de la casa, estudios y cosas triviales, lo mantenían hasta que este cumpliera 18 años.

A pesar de todo el shock de la desaparición de su padre Tyler se enfoco en obtener mas conocimientos para lograr lo que hoy había logrado, hackear los sistemas de la ciudad del vaticano. 

El joven ya había tenido algunos otros logros pero ninguno como este.

Su atención se dirigió nuevamente al ordenador y sus dedos empezaron a moverse a una gran velocidad  y aun mas rápido sus ojos cambiaban de dirección cada segundo aunque solo eran por milimetros, hasta que se detuvieron por completos y no hubo ningún movimiento por parte de el por varios segundos solo expresión de asombro en su rostro

Luego de eso, descargo toda la información que pudo hacia un disco duro y mientras lo hacia algo volvió a ocurrir, esto lo desespero por completo. Al parecer todo habría sido muy fácil, los documentos y planos que acaba de descargar era archivos ultra-confidenciales y la ciudad de Dios estaba muy pendiente de lo que en ella guardaba. Si eso llegara a salir a la luz publica, tanto el papa como la iglesia católica se vería aun mas comprometida de lo que ya están. 

Alguien estaba rastreando su dirección y aunque Tyler había camuflado su dirección ip sabia que iban a poder dar con su paradero así que solo dejo corriendo un par de códigos automáticos para tener algo mas de tiempo  tomo un maletín y metió allí otro ordenador portátil de respaldo junto con el disco que tenia la información que acababa de extraer de la base de datos del vaticano y unos 3 discos mas de otras " Misiones". Saco debajo de su cama unas maletas de emergencia, con eso se había ahorrado tiempo suficiente como para desarmar la pc con la que acaba de hackear y extraer todo lo que lo comprometiera. 

Su corazón había empezado a latir de nuevo, pero parecía mas un concierto de repercusión que un órgano que el que estaba allí adentro, estaba sudando frió y un nudo en la garganta casi lo dejaba contra la pared saco todas sus pertenencias y las metió en una bolsa negra, las esenciales las metió en una de las maletas y en la otra coloco el retrato de su padre. 


Corrió hasta el elevado pero pensó que tardaría mucho así que bajo por las escaleras como si su vida dependiera de ello y bueno, así era, atravesó la salida de emergencia y corrió por detrás del hotel, continúo así unas cuatro calles mas y luego se detuvo mas tranquilo al sentarse en él asiento trasero de un taxi.

–Hacia el aeropuerto, por favor. – Le sonrió al chófer y se giró para ver alejarse las calles que acababa de recorrer. Suspiró tratando de relajarse, la adrenalina corría todavía por sus venas y sus latidos seguían siendo demasiado acelerados y sonaban muy fuerte.


* * *

Aquella hermosa chica se arreglaba frente al espejo para salir un rato, se merecía aquel descanso, su vida era demasiado ajetreada y llena de trabajo. Había crecido en aquella academia y era la mejor en lo que hacía. Sonrió al terminar, aquella noche conocería a un chico, deseaba que de verdad funcionara, lo deseaba enserio.

Busco su bolso y se miró por última vez al espejo antes de salir de su cuarto en el internado, tomo su móvil y llamo a George, el chico contestó y le avisó que pasaría por ella en unos minutos. Con una gran sonrisa salió hacia la entrada; en ese momento su móvil sonó, con sorpresa y gran molestia tuvo que cancelar su cita para arreglarse para aquella nueva misión.

* * *

Tyler no podría quedarse mas en aquel lugar, con sus pocas pertenencias en la sala de espera para un vuelo a Londres él suspiró, sabía que no sería fácil, por esa razón le había avisado a James para que se mudaran Juntos a Londres, ya tenían el apartamento y todo estaba mas que preparado.

"Mañana mismo estaré allí, no lo dudes" Había contestado James.

Preparó bien para abordar aquel avión con destino a su futuro.

El viaje fue largo, la mayoría del viaje  miró por la ventanilla pensando en su padre, la información obtenida y en su nueva vida. Tal vez lograría encontrar a su padre o al menos saber que había sucedido.

Al llegar a Londres, tomo su equipaje y se subió en un taxi que lo llevo hasta su nueva casa. Buscaría trabajo, era necesario para mantenerse. Dejó sus cosas y no tardó en salir. La familia de James le daría un empleo. Eso seguro, así que se dirigió al pequeño establecimiento y entró con una gran sonrisa.

–Marisa, Dante, es un placer verlos después de tanto tiempo. –Dijo abrazando los de una forma cálida.

–Te estábamos esperando, desde que tuvimos que dejar a James y volver deseamos que vinieran y nos hicieran compañía. –Marisa, la madre de James era una hermosa mujer, todavía joven y muy emprendedora. Se había casado con Dante hacia 16 años, cuando James tenía tan solo un año de vida. El padre de Ty era el mejor amigo de Dante, indudablemente de toda la vida.

–Hijo, sabemos la situación que estás viviendo, estaremos siempre para ti, sin importar la situación, eres parte de esta familia. –Dante era un hombre alegre, siempre le había parecido la persona mas alegre y cariñosa que podía haber.

Aquella noche Tyler trabajo hasta la hora de cerrar el local, pero justo cuando estaba dejando de lado el uniforme, una chica muy hermosa, aunque escurriendo agua entró en el local.

–Por favor, déjame quedarme unos minutos, la lluvia es demasiado fuerte y tengo mucho frío. –Aquella chica suspiro temblando

Tyler la miró por un momento, se acerco a ella con una sonrisa para ayudarle.

–Si quieres cambiarte puedo prestarte algo, y para abrigarte ten esto –Extendió la mano con un abrigo. –Te traeré algo caliente para que te sientas mejor.

–Gracias –Ella le sonrió y caminó a los baños para cambiarse.

Tyler entró a la cocina y preparo un café especial, el más pedido de el local, una receta creada por Marisa y Dante. La chica volvió a la zona de estar del local y estornudó. Se sonrojo un poco avergonzada mientras Tyler volvía con el café entre sus manos.

–Cuídate, esas gripas entre semestre son peligrosas. –Ty le sonrió.

Ella asintió y con rapidez se tomó el café.


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Autores: Jendry Mundo & Natalia Quintero. (2016)

Este es el comienzo de mi novela, cualquier tipo de critica y comentario es bienvenido si te gusto no olvides votar.

Hacker Detected (Reescribiendo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora