-• ¿𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐔𝐍𝐈𝑶́ 𝑨 𝑻𝑰̄? •-

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Cuando Willy entro silenciosamente a mi casa, por un momento se quedó viendo los retratos familiares que tenía mi madre en la sala principal. Fué entonces cuando el me miró sorprendido.

- ¡Wow! Perdón por la indiscreción, pero... Se ve que vives bastante bien... - Dijo Willy admirando toda la sala, comedor e incluso, cada objeto de la casa. Era increíble para él.

Me reí un poco por el asombro de Willy, el me miró con una sonrisa.

- ¿Dije algo gracioso? - Dijo Willy con simpatía y con su hermosa sonrisa.
- No, solo que... Me impresiona que pienses que todo ésto es tan caro y que tengamos dinero... - Exclamé viendo todos los objetos "valiosos"

Willy bostezó, tapando su boca. Yo me percaté y sonreí.

- ¿Ya tienes sueño? Bueno, ya es muy tarde, no me sorprende. - Dije de brazos cruzados.

- Bueno... Solo un poco - Dijó Willy entre risas.

Solo me reí junto con él y lo guíe hasta la habitación de huéspedes, claro, todo sin despertar a mis padres. Hay que aclarar que Willy no sabía que todavía vivía con mis padres y menos que yo... No era cualquier chica de ese pueblo...

- ¡Shh! No debes hacer nada de ruido, ¿Está bien...? - Dije susurrando.

- Pero, ¿No vives sola...? - Susurró Willy, intrigado.

Desvíe la mirada con vergüenza y rascando mi cuello. Lo miré de nuevo, pero, me costaba un poco.

- La verdad es que no. Te mentí. ¡En verdad lo siento mucho...! - Exclamé subiendo más la voz.

Willy se desconcertó un poco para después, quedarse algo en shock por la mentira. Willy no se quería meter en problemas con nadie y era muy noble y honesto. Era claro que estaba algo apenado y molesto por la pequeña mentira...

- Solo será una noche. No tienen porque enterarse de que dormiste aquí. - Dije intentando mejorar las cosas.

- No quiero faltarle al respeto a tus padres ni a tu casa... No es correcto. Aparte, debiste decirme antes... - Dijó Willy algo molesto por la mentira, pero, a la vez estaba apenado.

Bajé la cabeza con culpa. Él me miró y cambió su expresión a una con comprensión y menos molestia.

- Pero, aún así te agradezco que me dejarás estar en un lugar seguro... Tienes un noble corazón, Grace... - Dijo amablemente Willy, agarrando mi hombro.

Me sonrojé un poco por su acción y Willy al ver mi expresión, rápidamente quitó su mano, muy apenado.

- ¡Lo siento mucho! Soy un irrespetuoso... - Dijo Willy alejándose un poco.

Willy comenzó a acomodarse en la habitación de huéspedes y desempacar sus cosas.

- ¿Cómo puedo pagarte...? - Preguntó Willy quitandose su sombrero.

- ¡No es necesario que me pagues! Yo lo hago por gusto... Y no porque quiera algo a cambio de esto... - Dije mirando a Willy con gentileza y fijandome en sus lindos ojos color avellana...

Él me dió una linda sonrisa de oreja a oreja, de pronto, él agarró un mechón de cabello que tenía en la cara y me lo acomodó atrás de mi oreja. Me sorprendí un poco, algo que me hizó sonrojar... Pero, se me quitó rápido...

Willy se dió cuenta de lo que había echó y me vió apenado, pero, no me molestaba en lo absoluto.

- ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Soy un...! - Dijó Willy nervioso, pero, antes de que terminará de hablar, me eché a reír.
Willy me miró sorprendido por mi reacción y comenzó a reírse conmigo.

- ¿No estás molesta? - Preguntó curioso, Willy, tenía una sonrisa.

- ¿Por qué habría de estarlo? - Pregunté riendo aún.

Willy y yo terminamos de reír y el me vió fijamente con dulzura. No me dejaba de ver, hasta que por fin habló. Su voz tan dulce me encantaba...

- ¿Alguna vez te han dicho que... Tienes unos ojos hermosos? Son como... Dos diamantes brillando bajo la luz de la luna... - Dijó Willy viéndome.

Yo solo pude sonreír.

- No... Nunca me habían dicho un comentario tan dulce... Gracias. - Dije viendolo.

Dejé de verlo, era como si estuviera en algún trance. Se sentía bien. Cuando dejamos las miradas él rápidamente volvió a deshacer sus maletas.

- Buenas noches. Descansa, Willy. - Dije con una sonrisa. Para después irme del cuarto. No le dí tiempo de que él me diera las buenas noches también.

Me quedé afuera un rato y escuché como dejo de hacer ruido para después hablar en voz baja.

- Buenas noches, Hermosa srta... - Dijó casi susurrando.
Al escuchar ese bonito apodo o cumplido, sonreí.


¡¿𝐌𝐀́𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐋 𝐂𝐇𝐎𝐂𝐎𝐋𝐀𝐓𝐄?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora