¡Sanemi, estoy Embarazado!

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Tomioka reservó una mesa en un restaurante. La luz tenue y las velas creaban un ambiente perfecto para la esperada revelación. Mientras esperaban sus platillos, tomó la mano del contrario.

—Sanemi, he estado pensando mucho en nuestro futuro últimamente.

Este asintió con interés. —Sí, yo también. Quiero que tengamos un futuro increíble juntos.

—Eso suena maravilloso, pero hay algo más que quiero que sepas.

Antes de que pudiera decir una palabra más, el camarero derramó accidentalmente agua sobre la mesa, apagando todas las velas y arruinando la atmósfera romántica que el pobre azabache había preparado con tanto esmero.